Editorial

Verdadero liderazgo en el camino hacia el desconfinamiento

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A pesar de que no ha pasado siquiera un día desde que se celebrara el último Consejo de Ministros extraordinario para prolongar el estado de alarma, las miradas de la clase política y de la mayor parte de la ciudadanía se dirigen hacia las medidas de desconfinamiento, después de que este viernes también se celebrara el último Consejo Interterritorial de Salud donde se analizaron las medidas propuestas por el Gobierno y las sugerencias de cada una de las comunidades autónomas.

Lo cierto es que se echa en falta más organización, así como conocer detalles sobre las medidas que serán necesarias a medio plazo, más allá de marcar unas fechas para el desconfinamiento, que somos conscientes de que quizás no sea el momento. Si estamos doblegando la curva, como anunciaba el propio ministro de Sanidad, ¿ahora qué? La ciudadanía es consciente de que debe aguardar aún en casa, pero está necesitada de saber cómo se va a aliviar el confinamiento con un guion desde el Gobierno. No hacerlo así, lo que puede propiciar es que emerja de nuevo el lado más oscuro de la división y confrontación territorial, diseñando planes específicos y hojas de ruta particulares aparentando un reino de taifas. Al final, las medidas aplicadas no deben generar más diferencias entre regiones. No olvidemos que, hasta la aparición de esta pandemia, el problema más grave que afrontaba España era el territorial. En varias regiones se están viendo ejemplos de sintonía entre los partidos políticos con el fin último de trabajar en favor de la ciudadanía, al margen de partidismos, porque en una crisis sanitaria el enemigo no ataca según ideología. Estos consensos son verdaderamente plausibles, con unas prioridades muy claras.

No se puede jugar con más improvisación o, al menos, aparente improvisación. A pesar de que llevamos más de mes y medio de crisis sanitaria en el país, la falta de premeditación sigue siendo una constante, como vimos en el caso de la relajación del confinamiento para los niños, en la tardía aplicación de los precios de las mascarillas y otro material de protección, o en la chapucera adquisición de material. Claro, que así sucede que ante tanto descontrol se intentan fiscalizar las libertades. 

Lo más importante en estos momentos para lograr un desconfinamiento seguro es disponer de material (pruebas y equipos de protección), que debe conjugarse con un respiro del personal sanitario, que están dando ejemplo de lo que pueden llegar a dar de sí. Total, que empezamos a hablar de relajación del estado de alarma sin que dispongamos de lo más evidente, a pesar de que cada día oímos hablar de millones (de euros y de toneladas), que, parece, siguen faltando.