Las farmacias sorianas se preparan para el cannabis medicinal

S.Ledesma
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Su regulación legislativa es inminente y mientras los farmacéuticos sorianos se preparan para abordar la situación, los médicos apelan a una mayor evidencia científica para prescripción

Las farmacias sorianas se preparan para el cannabis medicinal - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez Eugenio Gutiérrez Martí

En mayo de este año se impulsó en el Congreso de los Diputados una subcomisión para escuchar las opiniones de expertos sobre el uso terapéutico del cannabis, una iniciativa que abrió la puerta a su regulación.? La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) tenía un plazo de seis meses para desarrollar el amparo legislativo pertinente y su posterior aprobación en la Cámara Baja para que los medicamentos derivados del cannabis fueran una realidad a finales de este 2022. La cuenta atrás para legalizar y normalizar su uso con fines terapéuticos es inminente. España se sumará así a una treintena de países de todo el mundo en los que ya existe regulación medicinal. 

El texto final elevado a la AEMPS establece que la distribución será con fórmulas magistrales con extractos o preparados estandarizados de esta planta, que deberían entregarse «a partir de la red de farmacias del Sistema Nacional de Salud, con preferencia en las hospitalarias y explorando la alternativa de las boticas comunitarias que puedan reunir los requisitos». Los profesionales del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Soria ya se están «preparando» para una posible futura actividad, «aunque esté más enfocada a fórmulas magistrales en farmacia hospitalaria», como remarca su presidente, Javier Alonso. De hecho, se ha creado un «curso sobre dispensación para estar al día de la legislación y ver todas las implicaciones que tiene» en esta actividad. 

seguridad para el paciente. Se calcula que hay más de 300.000 enfermos crónicos en todo el país que recurren al cáñamo con fines medicinales (no curativos) para paliar sus dolores físicos. La planta está compuesta, entre otras sustancias, por THC, que produce efectos psicotrópicos, pero también por CBD, no psicoactivo y que atesora múltiples aplicaciones terapéuticas. Pero el cannabis ha sido, desde siempre, estigmatizado y su estudio químico, menor. Pasa todo lo contrario con los opioides, cuyo consumo legal se realiza desde hace décadas bajo prescripción médica a pesar de que en algunos países como en Estados Unidos se ha convertido en un problema de sanidad pública y de que mata por sobredosis, algo que no es habitual con el cannabis, pues «el riesgo por sobredosificación es super bajo».

En este punto, el doctor Jesús de Santiago, coordinador del Grupo de Interés de Cannabinoides de la Sociedad Española del Dolor (SED), insiste en distinguir el cannabis medicinal del recreativo (prohibido en España) porque «son completamente diferentes». En el primer caso, van a ser «productos derivados y de calidad, controlados por farmacia y médico, con las expectativas de los pacientes de calmar el dolor y con concentraciones más bajas del 12,5% de THC para personas por encima de los 25 años»; en el segundo, «el perfil de consumidor tiene un cerebro en desarrollo, más susceptible de tener problemas, y es el del adolescente. Existen estudios que confirman deterioro cognitivo a largo plazo; además, son sustancias no controladas con concentraciones de THC del 40%, que son auténticas aberraciones, porque lo que se busca es colocarse y son un riesgo». 

La normalización del uso medicinal del cannabis de forma controlada será exclusivamente para pacientes con un «dolor crónico ampliamente indicado y si no tiene contraindicaciones». «No van a ser diferentes a otros medicamentos» en cuanto a la prescripción y a su fin terapéutico. 

En este contexto didáctico nació en octubre de 2015 el Observatorio Español de Cannabis Medicinal (OECM), integrado por médicos, investigadores y asociaciones de pacientes para promover, coordinar y realizar actividades y proyectos orientados al conocimiento de las propiedades y usos medicinales de esta planta y sus derivados. Todo ello basándose en los resultados de estudios científicos y ensayos clínicos.

Pero la integración del cannabis medicinal en el Sistema Nacional de Salud no cuenta con el visto bueno de la Organización Médica Colegial (OMC), que se refiere a una única «evidencia científica sólida» y sería para aplicarla en pacientes infantiles con epilepsia. El presidente del Colegio Oficial de Médicos de Soria, José Ramón Huerta, remite al informe Cannabis: uso medicinal elaborado por la OMC para hablar de la postura de los profesionales del sector en la provincia. «A medida que los cannabinoides se vuelven más disponibles, la necesidad de una base de evidencia que evalúe adecuadamente su seguridad y eficacia es cada vez más importante», máxime cuando «existe evidencia considerable de que tienen un potencial de daño en poblaciones vulnerables, como los adolescentes y las personas con trastornos psicóticos». 

un mercado en auge. En el mercado existen diferentes productos elaborados con CBD, la sustancia no psicotrópica con diferentes aplicaciones terapéuticas y cosméticas. Se trata de una actividad que ha ganado terreno en los últimos años con un amplio segmento de clientes: desde los que buscan un efecto calmante a los que lo hacen para tratar problemas de la piel. 

El perfil del consumidor es «extraordinariamente heterogéneo», como explica Rafael Diego, CEO de Laboratorios Naturasor, un proyecto liderado actualmente en solitario por Soria Natural para la comercialización de productos a base de cáñamo. «Podemos encontrar desde personas con problemas dermatológicos, como psoriasis, hasta gente joven con problemas de acné, pasando por deportistas que buscan poder realizar sus entrenamientos sin dolor », especifica. En la actualidad, la empresa cuenta con siete referencias, dos en formato crema y cinco aceites con diferentes concentraciones. «Las fórmulas en crema combinan el CBD con los principios activos de varias plantas medicinales: árnica, harpagofito y equinácea», puntualiza. 

Cómo surgió la iniciativa se remonta a 2018, «cuando Soria Natural, a través de su filial en México, se convirtió en la primera empresa europea en obtener autorización para la comercialización de productos a base de cannabis en aquel país». «Ese hito llevaba detrás un amplio trabajo de investigación y desarrollo de nuevos productos que nos había llevado a ver el enorme potencial terapéutico del cannabis. Vimos que era una herramienta de primer orden para el cuidado de la salud y, al mismo tiempo, constatamos que se trataba de un mercado con grandísimas posibilidades», en pleno desarrollo nacional e internacional, según expone el CEOde Laboratorios Naturasor. 

Rafael Diego admite que la demanda de productos a base de cannabis «no para de crecer y vemos que es sólo la punta del iceberg de lo que vendrá; basta con mirar lo que está sucediendo en otros países donde van por delante en la regulación y desarrollo de este mercado». 

También «muy variopinta» es la clientela de La Tía María, ubicada en la capital y con productos de cannabis y derivados:desde flores ornamentales y cogollos hasta aceites de semilla de cáñamo y cremas de uso terapéutico y cosmético para personas con «dolores, fibromialgia, insomnio, estrés...». Su dueño, Plácido Royo, indica que se decidió por el negocio después de probar sus beneficiosos efectos por estrés y nervios. «Me dieron resultado», asegura.