Carmen Hernández

Carmen Hernández

Periodista


Defensa personal

25/12/2022

Despellejadito deben tener el culo González Trevijano y Narváez que llevan desde el 14 de septiembre pegados a sus sillones del Tribunal Constitucional con cola de carpintero. Solo así se explica que no se puedan levantar -pobres- y que hayan tenido que participar en la votación de su propia recusación, es decir que se han votado a sí mismos para seguir donde están a pesar de que, según la Constitución que dicen defender, ya tendrían que haberse marchado. A lo mejor se quedan para siempre. Si han podido hacerlo una vez, ¿quién nos dice que no van a repetir? Maestros tienen y de los mejores. Sus compañeros del Consejo General del Poder Judicial llevan más de cuatro años haciendo lo mismo: con el mandato caducado y sin moverse de sus poltronas. El Partido Popular ha bloqueado cualquier intento de negociación con los demás grupos del Congreso sin exponer nunca razones claras para este desacato constitucional. Pero a estas alturas,todo el país ha podido darse cuenta de que los populares utilizan la Constitución para airear banderas y esas cosas pero no para defender la soberanía del pueblo representado en las Cortes Generales; de que el PP perdió las elecciones en 2019 pero pretende seguir mangoneando España a base de judicializar la política y, para eso, claro está, se necesitan muchos jueces amigos. Si es la mayoría del Poder Judicial que tiene ahora, mucho mejor aunque la tenga indebidamente. 
¿Se imaginan, por ejemplo, que Pedro Sánchez, si perdiera las elecciones, se quedara cuatro años más en La Moncloa a base de triquiñuelas legales? Sería un secuestro del Poder Ejecutivo. Pues eso mismo están haciendo 'los jueces del pegamento' con otro poder del estado: el Judicial. Pero estos, en vez de cola de carpintero, se han puesto super glue y deben tener las posaderas en carne viva, llenas de pústulas infectadas y con restos del terciopelo rojo de los sillones adherido a las purulencias.Por eso,huele tan mal.