OMS: El festival que nació por un «gracias» a Soria

sonia almoguera
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Tres décadas después de su creación el certamen sigue mirando al futuro

El Coro Nacional de España inaugurará el OMS

«En cualquier momento, alguna cosa importante puede estar empezando», escribía el maestro Odón Alonso (1925-2011). Pero tal vez entonces no fuera del todo consciente de que aquel 19 de septiembre de 1993, en realidad, estaba ocurriendo. Subido al atril, batuta en mano, dirigía a la Orquesta Clásica de Madrid, de la que era titular. Las primeras notas que resonaron en el auditorio del Centro Cultural Palacio de la Audiencia, inaugurado sólo un año antes, fueron las de la Primera Sinfonía de Ludwing van Beethoven. Nacía el Festival Otoño Musical Soriano (FOMS). Tres décadas después se ha convertido en el gran evento cultural de la capital soriana, un certamen por el que han pasado las grandes voces y las mejores formaciones musicales del mundo; un evento que atrae público melómano nacional e internacional y que ha propiciado no pocas vocaciones musicales entre aquellos niños que asistieron a los primeros conciertos infantiles. 

En aquella edición inaugural había ilusión, ganas y mucho apoyo de grandes amigos de Odón Alonso, pero, asegura José Manuel Aceña, actual director del FOMS, nadie imaginó aquel mes de septiembre de 1993 que cumplirían 30 ediciones. Aunque, en realidad, insiste Aceña, el Otoño Musical creció «paso a paso porque la sociedad soriana lo acogió muy bien». El éxito del Festival, tanto en 1993 como en 2022, asegura el director del certamen, sólo tiene una causa: el apoyo del público.

No es extraño en un certamen que nació como el singular «gracias» de Odón Alonso a su ciudad de adopción. «Soy un soriano de vocación insobornable y hace algún tiempo que pienso que a cambio de innumerables momentos felices debería... tenía casi la obligación de aportar algo de mi modesta historia musical a Soria», explicaba el maestro en el programa de mano de aquella primera convocatoria. «Él decía que Soria le había dado mucho a él y que quería corresponder», recuerda Aceña, que ya dirigía la Banda Municipal y era el coordinador del certamen. El 'guante' lo recogió el entonces alcalde de la capital, Virgilio Velasco. La buena disposición del Consistorio soriano fue clave, insiste. Y, poco a poco, la iniciativa fue tomando forma. «La idea era hacer un concierto, pero la cosa se fue liando y se convirtió finalmente en un festival», rememora con humor Aceña. 

En el pantano

"El futuro del OMS está ligado a la ampliación del Palacio" - Foto: VALENTIN GUISANDEEl director del Otoño Musical recuerda con mucho cariño esas primeras reuniones con Odón Alonso en la cabaña que éste poseía en el pantano de la Cuerda del Pozo. Allí comenzaron los preparativos y comenzó a forjarse la historia del certamen. Es indudable, asegura, que los intérpretes y orquestas que protagonizaron los ocho conciertos  de la primera edición y los que siguieron en esos primeros años venían «casi, casi por amistad a Odón». «Tuvimos la suerte de contar con él y, con el paso del tiempo, el Festival fue cogiendo ese bagaje. Cualquier artista lo conocía. Sabía que era importante», explica. Con modestia, sin un gran presupuesto, el Otoño Musical Soriano supo hacerse un hueco entre los grandes eventos dedicados a la música clásica. Por él han pasado los mejores artistas «nacionales e internacionales». De Montserrat Caballé a Kiri Te Kanawa; de Narciso Yepes a Paco de Lucía. De los directores de orquesta Krzysztof Penderecki o Cristóbal Halffter a los grandes pianistas María João Pires o Joaquín Achúcarro. Del Orfeón Donostiarra (que este año vuelve para inaugurar el próximo 8 de septiembre) a la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, una formación que ha participado en cada una de las 30 ediciones y que, sin duda, asegura Aceña, es «la orquesta del Festival». En total, más de 35 orquestas, 65 grupos instrumentales, 36 agrupaciones corales, 77 directores musicales y casi 20 estrenos absolutos de composiciones. 

Pero... ¿Se ha resistido al Otoño algún gran intérprete? «A veces», confiesa Aceña, algunos artistas son inalcanzables por «el propio caché». Pero, en realidad, todos los grandes que han querido estar en el Festival soriano han hecho un esfuerzo en ese sentido. La propia Teresa Berganza, que durante los primeros años del certamen formó parte del comité de honor del evento, cantó gratis en la primera edición sólo «por cariño al maestro Odón Alonso». Si no se ha conseguido a un determinado artista ha sido más bien, indica el director del Otoño, «por motivos de agenda». Y, en ese sentido, el certamen suele programar sus grandes actuaciones con años de antelación. Con el pianista Grigory Sokolov, que finalmente suspendió su concierto con motivo de la pandemia en 2020, se sigue trabajando para encontrar un hueco y poder disfrutar de su talento al piano. 

Muchas de estas grandes 'estrellas' de la música se han convertido en grandes amigos del Festival y, sobre todo, en grandes embajadores. Y con motivo del 30º aniversario, la programación ha querido contar de manera especial con algunos de ellos. Como la soprano Ainhoa Arteta, para la que esta será su sexta participación en el certamen, «en 30 años no son tantas» para disfrutar de su gran voz, comenta con simpatía José Manuel. Por supuesto, recalca el director del Festival, la Orquesta Sinfónica de Castilla y León no podía faltar. «Los artistas vienen muy a gusto y se van muy contentos de haber participado», explica. A lo largo de estas tres décadas de historia el FOMS ha tenido que saber adaptarse a presupuestos ajustados, crisis económicas y, por supuesto, la covid-19. En marzo de 2020 con la programación de aquel año ya prácticamente cerrada, el coronovirus y las consiguientes medidas de prevención y contención de la epidemia hicieron necesario replantear todo el festival, cambiar el formato y reducir drásticamente el aforo de conciertos (25% ese año; y el 50% en 2021). Pese a ello, Aceña se muestra muy satisfecho con la decisión de seguir adelante que tomó el departamento de Cultura y el Ayuntamiento de Soria. «Con la pandemia se han perdido hábitos. Otros festivales que dejaron de celebrarse han perdido público. Si hubiéramos suspendido el Otoño nos hubiera costado remontar», asegura José Manuel Aceña.

'Tirarse a la piscina' 

Ese «tirarnos a la piscina de forma muy controlada» y cumpliendo en todo momento con las medidas y prescripciones que marcaban las autoridades sanitarias ha sido vital para mantener el Otoño vivo y con todo a punto para retomar la tan ansiada normalidad. 

La XXX edición del Festival recuperará este año el 100% de su aforo, así como programas muy queridos por el público soriano como el popular Maratón Musical, un día dedicado a la música en distintos escenarios de la ciudad con gran participación tanto de melómanos como de intérpretes de música.

El director de este evento musical confía en que los sorianos «recuperen las ganas» de disfrutar de los conciertos tanto en el Palacio de la Audiencia como en Aula Magna Tirso de Molina, donde este año, adelanta, habrá un destacado programa de música barroca, o en el polideportivo San Andrés, donde el día 17 de septiembre tendrá lugar la ya tradicional velada de flamenco protagonizada en esta ocasión por José Mercé. Ése, asegura el director del FOMS, ha sido uno de los grandes 'secretos' del Festival: ofrecer una programación de calidad, variada, y siempre a la búsqueda de nuevos públicos a través de otros géneros como el flamenco o el jazz.

Dentro de esa búsqueda y de ofrecer cosas nuevas, de crear nuevos espacios que den personalidad propia y originalidad al Festival, este año vuelve Valonsadero Suena, una iniciativa que se puso en marcha el año pasado con una obra que el joven compositor soriano Andrés Martín creó especialmente inspirada en este entorno. 

En este 2022 será el compositor gallego Abraham Cupeiro el que estrene en Valonsadero Resonando el pasado. Su música elaborada con conchas, cuernos y otros instrumentos 'ancestrales' «encaja muy bien» con la filosofía con la que nació en 2021 este concierto tan especial. «Este año seguro que va a ser también un concierto muy atractivo», recalca Aceña. La idea es dar continuidad a Valonsadero Suena en próximas convocatorias uniendo música y patrimonio en un espacio tan unido a la historia de Soria.

Un salto cualitativo

Con ediciones, como la de 2017, en la que han llegado a superar los 11.000 espectadores, ya desde su primer año de celebración el Otoño comenzó a colgar el cartel de 'no quedan localidades' que ha venido siendo una constante en los grandes conciertos programados. En realidad, argumenta Aceña, el éxito del Otoño tuvo en el buen hacer del maestro Alonso y en la confluencia de varias coincidencias sus principales razones de ser. «Antes del festival había muy poca actividad musical en Soria. 

El Festival fue, en este sentido, un salto cualitativo», destaca el director del FOMS. Pero también ayudó el hecho de que unos años antes hubiera comenzado su actividad el Conservatorio Profesional de Música Oreste Camarca. Muchos de esos niños que comenzaron a estudiar música son hoy parte del público asiduo del certamen, incluso, recalca Aceña, renombrados músicos profesionales que han actuado en los conciertos. 

De aquel primer año en el que asistencia fue más un «acto social» en el que dejarse ver, se pasó pronto a un público verdaderamente interesado en la música y que ha tenido el privilegio de disfrutar por primera vez de piezas de estreno. La promoción y la difusión de la música contemporánea fue uno de los objetivos que siempre tuvo claro el maestro Odón Alonso en la creación del Otoño Musical Soriano. Desde sinfonías a cantatas. Desde que nació en 1993, el Otoño Musical ha auspiciado alrededor de una veintena de obras de encargo y coincidiendo con la celebración del trigésimo aniversario del certamen se hacía casi obligado contar con una de estas obras inéditas. «El Festival ha encargado piezas a los grandes compositores. Este año a Óscar Navarro que es uno de los compositores más punteros» de la actualidad, matiza Aceña. New Dawn será, además, una pieza de gran significación para el certamen musical soriana, ya que es una obra dedicada al maestro Odón Alonso. Reforzando aún más el homenaje, en ese mismo concierto, que tendrá lugar el 22 de septiembre, la Orquesta Sinfónica de Radio Televisión Española (RTVE) dirigida de nuevo por el soriano Carlos Garcés, interpretará la Sinfonía número 5 de Piotr Ilich Chaikovski, la última obra que dirigió el maestro en el Otoño Musical Soriano. Aunque en realidad, el propio festival es en sí, año a año, un tributo a la memoria e incluso el talante visionario del maestro Alonso. «Estoy convencido de que la realización de este proyecto [...] resultaría algo muy importante y, desde luego, rentable para Soria», señalaba en aquella primera edición del Otoño Musical.

Ampliación

De hecho, el festival se ha convertido en un punto destacado de atracción de melómanos  que, en ocasiones, han venido de distintos puntos del mundo para disfrutar de sus músicos favoritos. «Para ver a Paco de Lucía» en la edición de 2007, por ejemplo, destaca José Manuel Aceña, hubo gente llegada desde México. Las limitaciones del aforo actual (el auditorio del Palacio de la Audiencia cuenta con unas 488 localidades) impiden que más gente de fuera pueda disfrutar también de los conciertos. Pero es algo que el proyecto de ampliación del centro cultural, en el que ya trabajan la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Soria, quieren solucionar. La construcción del nuevo auditorio será, insiste Aceña, será un punto de inflexión en el crecimiento ascendente del Festival. Y no sólo porque contará con 1.100 butacas. «La caja escénica va a ser tres veces mayor que la actual y vamos a poder hacer todo tipo de espectáculos» y contar con formaciones con un gran número de intérpretes, avanza Aceña. Incluso podrían compatibilizarse los dos auditorios y aumentar incluso el número de conciertos. Definitivamente, como diría Odón Alonso, una «cosa importante puede estar empezando».

El mejor recuerdo de un evento inolvidable 

Son muchos los recuerdos que José Manuel Aceña atesora del Otoño, pero si tuviera que quedarse con alguno,sería, curiosamente, uno que tuvo entre bambalinas: el saludo de Odón Alonso a la mezzosprano Teresa Berganza en su camerino. Ver el cariño y la admiración que se profesaban fue imborrable. 

El dato: 213

Grandes profesionales de la música. Desde que el Otoño Musical Soriano inició su andadura hace ya 30 años ha reunido a más de 213 grandes profesionales de la música entre orquestas, agrupaciones instrumentales, grupos corales, cantantes y directores musicales. Su gran trayectoria en el ámbito regional cuenta desde el año 2017 con un gran respaldo económico de la Junta de Castilla y León que ha permitido al certamen, que tiene en su haber el sello de calidad internacional de Festclásica, seguir mejorando.

30 años de historia El certamen ha ido creciendo y convirtiéndose en una detacada cita cultural para la capital soriana

1993. El arranque. La primera edición del Otoño Musical contó con los duques de Soria, Teresa Berganza y Carmen Alborch en su comité de honor.

1994. Certamen violín. Este año nació el Concurso Nacional de Violín. El premio era un instrumento llamado Soria. El certamen se celebró hasta 1999.

2003. El maratón. Ese año arranca el Maratón Musical con el objetivo de sacar la música a la calle y potenciar a estudiantes e  intérpretes aficionados.

2017. Más de 11.000. Coincidiendo con su 25º aniversario el Otoño Musical  Soriano rebasó ese mismo año los 11.500 espectadores. Fue una edición de récord.

2018. Nuevo nombre. A partir de ese año el certamen incorpora la palabra festival a su nombre, pasando sus siglas de OMS a FOMS.