Señalado

Roberto Morales (EFE)
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La dolorosa derrota del Madrid ante el Barça deja a Ancelotti en una posición incómoda y ya no es tan seguro que siga el año que viene

Señalado - Foto: AFP7 vía Europa Press

En apenas 11 días, el tiempo que separa la remontada europea ante el PSG al clásico, la figura de Carlo Ancelotti sufre los extremos en los que se instala la exigencia de un banquillo como el del Real Madrid. Del elogio a la crítica. De dar por hecha su continuidad a depender de los títulos conquistados a final del curso. El italiano es el gran señalado de una debacle histórica.

Yeso que es el mismo entrenador que apostó por dar prioridad a la Liga para conseguir una distancia de puntos que permitan días malos y el que ha clasificado al equipo a los cuartos de la Champions, superando a uno de los favoritos en octavos, tras conquistar la Supercopa de España con imagen de poderío. El que conocía a la perfección la casa, las claves del vestuario, para evitar el desconcierto sufrido en el primer adiós de Zidane.

En contra de Ancelotti jugó un caos táctico que provocó la peor imagen de la temporada de su equipo. Era difícil superar la de París, cuando no disparó a portería rival y se encerró en su terreno. Pero lo hizo.

A los jugadores se les puede achacar falta de actitud. Hasta lo llegó a confesar Nacho. La ventaja en Liga pesaba, aunque enfrente estuviera el 'archienemigo'. Todo provocado por un desorden colectivo que nació en la pizarra blanca.

Al mando de una plantilla desequilibrada que ha exprimido al máximo contando con un grupo pequeño de jugadores, 'Carletto' sufrió las consecuencias de sus decisiones en cuanto faltan piezas claves. Sin Mendy pagó no disponer de un lateral izquierdo de nivel (no tiene fe en Marcelo), con Nacho sufriendo ante Dembélé en el cambio de su posición.

Además, es lógico que no disponga de un punta al nivel de Benzema. No tanto que Jovic y Mariano jueguen minutos sueltos al mes, 152 el serbio y 76 el hispanodominicano de 1.500 en los partidos en dos meses y medio previos al clásico. Provoca que cuando se les necesita, no tengan las condiciones adecuadas, apostar por ellos sea un riesgo y se opta por otras opciones que dejan intuir improvisación, que fue lo que pasó con Modric, que estrenó demarcación a sus 36 años. Alejado del foco donde debía ejercer una influencia en el juego, perdiéndose por la zona que corresponde a un delantero centro puro, desgastándose con esfuerzos sin sentido en una presión estéril. No sirvió de nada la entrada de Valverde.

El intento de arreglar lo mal planteado fue peor. Ancelotti volvió locos a sus jugadores con reajustes. Los primeros tras encajar dos goles en la primera parte, mandando al uruguayo a una banda y retrasando al croata. Posteriormente, con los cambios del descanso con la entrada de Mariano y dejando defensa de tres. Apenas dos minutos duró su nuevo dibujo. El tiempo que el Barça desperdició un mano a mano y marcó el tercero para acabar con Casemiro de central. Todas estas decisiones fueron a la desesperada, ya que nunca se había entrenado con esas posiciones.

Seguro que el transalpino le habrá dado mil vueltas a su sexta derrota en el Bernabéu, donde ya sufrió un 3-4 del Barça el 23 de marzo de 2014. Ahora, con el parón de selecciones podrá recuperar efectivos, algunos de los cuales los ha 'desfondado'.