#OPINIÓN "Yo no soy racista, pero..."

Gloria Gonzalo
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Casi cada dos segundos una persona se ve obligada a abandonar su país a la fuerza

Gloria Gonzalo, concejala de Igualdad - Foto: Eugenio Gutiérrez Martínez

Desde hace unos días se ha hecho habitual que me pregunten qué pienso o qué siento al leer los comentarios negativos en las redes sociales sobre el Centro de Personas Refugiadas que se va a instalar en la ciudad, o al escuchar en debates o espacios de conversación argumentos para evitarlo, en ese mismo tono. Y esperan que digan que me siento triste, cabreada, defraudada… y no negaré que esas y otras reacciones me atraviesan en muchas ocasiones y me acompañan durante horas, pero sobre todo lo que me provocan esas situaciones, es ansiedad por aprovechar la ocasión. Y es que creo que es un momento de oportunidad, igual, y lo digo sin vergüenza, que cuando un hecho dramático que no es nada excepcional se convierte en foco de atención porque de repente se elige para enseñar mediáticamente y nos creemos que es extraordinario, y no… es habitual pero por alguna cuestión, como la postura o la edad del muerto nos remueve socialmente la conciencia.

Hay que prestar atención a esos momentos para aprovecharlos y radicalizar el debate, y me refiero con este término a ir a la raíz y exponer cuando se habla de parcelas, o de personas de Soria «de pura cepa», de miedo o de inseguridad, que de eso, de tierras, de orígenes y de peligros, precisamente va el tema, y es de eso, claro, de lo que vamos a hablar. Hablar que no opinar, porque lo que es objetivo es que cada minuto, veinticuatro personas abandonan su hogar para huir de la persecución, la violencia o un conflicto bélico. En otras palabras, casi cada dos segundos una persona se ve obligada a desplazarse a la fuerza de su país de origen. Es un dato escalofriante que evidencia la dramática situación que viven millones de personas por todo el planeta. En la actualidad hay 79,5 millones de personas desplazadas en el mundo, la mitad son menores de 18 años. De ellas, 26 millones son refugiadas, 45,7 millones son desplazadas internos y 4,2 millones son solicitantes de asilo. 

Las 200 personas, cada una de las que van a convivir en el Centro de personas refugiadas me dan pie para hablar, nada más y nada menos que de la situación del 1% de la población mundial, que son lo que suman las personas desplazadas, y nombrar cada vez que oigo parcela o barrio a las miles de personas que son rescatadas del mar Mediterráneo, y también y a las miles que se han ahogado en el camino. Espero seguir leyendo comentarios en las redes sociales y en las calles y en los bares, porque son muchos los temas que tengo para desarrollar, aunque a mí me pasa como a cualquier persona de esta ciudad, se me va el foco a lo soriano,  por eso mi próxima línea a desarrollar va a ser el porqué la discriminación es uno de los principales obstáculos a la integración, estoy redactando un listado  de segundas partes erróneas en la frase «yo no soy racista, pero…».

Este centro es un posicionamiento activo ante la violación de los Derechos Humanos, estoy orgullosa de ello, de todas las personas que nos sabemos parte del problema y nos queremos parte de la solución, de la sociedad soriana que siempre ha demostrado ser solidaria, un valor que nos hace grandes. Y desde ahí, desde ese espíritu de acogida que tenemos la mayoría, sigamos con el tema, imposible evitar siempre la tristeza o el cabreo ante los rechazos, pero sigamos, con carga de argumentos y con el convencimiento de que cualquier recurso que mejore la vida de las personas y de la ciudad, merece la pena ser defendido. Aprovechemos la oportunidad, tenemos mucho que contar, que reivindicar y que contestar, nos leeremos en las redes y nos escucharemos en las calles, somos más y  somos mejores.

Gloria Gonzalo es concejala de Igualdad del Ayuntamiento de Soria