La coyuntura económica acorrala a las empresas sorianas

A.I.P.
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Los precios de la energía y los combustibles disparan la inflación al 8,3% en Soria, 7,5 puntos más que hace dos años

La coyuntura económica acorrala a las empresas sorianas - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

La guerra en Ucrania y la huelga del transporte son los episodios recientes que han puesto en jaque el escenario económico nacional e internacional. En este contexto de inestabilidad, marcado por unos precios disparados, el tejido empresarial soriano resiste a duras penas una sucesión de hitos críticos que se remontan al estallido de la pandemia. En febrero de hace dos años, la inflación en la provincia de Soria se situaba en el 0,8%, mientras que en el segundo mes del año de 2022 -último dato provincializado publicado por el Instituto Nacional de Estadística, INE- se halló en el 8,3%. En la segunda semana de abril se conocerá el impacto en el Índice de Precios al Consumo (IPC) de marzo del paro en el transporte y, por consiguiente, las consecuencias reales del desabastecimiento de productos, así como la invasión rusa de Ucrania y las sanciones impuestas al gobierno de Putin, teniendo en cuenta que el conflicto bélico arrancó el 24 de febrero. Todo apunta a un nuevo incremento histórico, ya que este miércoles el INE publicó la inflación anual estimada del IPC en marzo de 2022 en el conjunto del país y la situó en el 9,8%, de acuerdo con el indicador adelantado, lo que implica un aumento de un 2,2%, teniendo en cuenta que el IPC de España se situó en febrero en el 7,6% (el 8,5% en Castilla y León y el 8,3% en Soria, como se refería al principio).

El coste de la electricidad, el gas y los combustibles se desorbitaron un 61,7% en la provincia en febrero, cuando el litro de la gasolina de 95 octanos costaba 1,62 euros, mientras que en marzo el coste ha estado cerca de los dos euros el litro. El incremento de enero a febrero en Soria ya fue de un 2,9%.

La escalada de precios se nota claramente en la cesta de la compra, más allá de la falta de artículos y productos. Así las cosas, el IPC en alimentación se situó en el 4,2% (dos puntos más que un año antes y un 2,5% más que en las semanas prepandemia), como también se han encarecido, entre otros productos, las bebidas alcohólicas y el tabaco, aunque en este caso la subida ha sido más moderada, del 1,6% (un 0,9% más  en la variación anual).

También comprar ropa y calzado es un 7% más caro que hace un año y eso que ese último dato publicado por el INE se refiere a febrero, en la recta final de las rebajas de invierno. 

Aún así, este contexto de incertidumbre, que ha desinflado todas las expectativas de crecimiento económico pos-covid, se encara con cierta estabilidad laboral, teniendo en cuenta que la provincia terminó 2021 con una tasa del paro del 6,99%, según la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al último trimestre del año, y en febrero también descendió el paro en un 3,78% respecto a enero y anotó una bajada del 30,24% en la variación internual, con un 3.361 trabajadores sin empleo, 1.457 menos que en febrero de 2021 (Ministerio de Trabajo y Economía Social).

Igualmente, la afiliación a la Seguridad Social es positiva. A principios de marzo la provincia de Soria contaba con 39.486 afiliados, un 2,62% más que un año anterior (un 1,36% más que antes de que explosionara la pandemia).

Y en esta enrevesada trama numérica se mueven las empresas sorianas, cercadas por unos precios desorbitados y por la escasez continuada de suministros y materias primas que complican producciones y ventas. El Día de Soria ha tanteado a empresarios y autónomos de distintos sectores que, inevitablemente, se ven afectados por los vaivenes de la economía y coinciden en que la guerra en Ucrania y las movilizaciones de camioneros, agricultores y ganaderos, consumidores... suponen un añadido a un suma y sigue en una trayectoria de meses de tensión cuyo reflejo más palpable es la inflación. También recurren al refrán 'a río revuelto, ganancia de pescadores', ya que la mayoría asegura que el conflicto armado y la 'rebelión' de los transportistas se ha aprovechado de forma injustificada en el encarecimiento de determinados productos, por la necesidad acuciante de sectores como la industria, el comercio o la construcción, en otros, de hacer acopio para poder cumplir plazos y dar respuesta a su demanda.

Ninguno se atreve a hablar de recuperación económica y los famosos fondos  europeos de recuperación Next Generation ya no se ven como una tabla de salvación y una vía de salida con cierto desahogo de las consecuencias de la pandemia. Aplauden, en general, el paquete de medidas aprobado este martes por el Consejo de Ministros presidido por Pedro Sánchez, pero lo contemplan más como un parche para apaciguar los ánimos y aliviar las tensiones que se han recrudecido en las últimas semanas entre empresarios, trabajadores y consumidores.

expectativas truncadas. La Federación de Organizaciones Empresariales Sorianas (FOES) sondea con regularidad la situación de la economía soriana a través del Observatorio de la patronal. La conclusión más reciente, justo un mes después de que se iniciara la invasión rusa en Ucrania, fue que nueve de cada diez negocios provinciales ya acusa la crisis por la guerra, incluso un 20% de la industria baraja la  paralización de su actividad. Es el caso, por ejemplo, de Norma Doors Technologies. Tal y como avanzó El Día de Soria este lunes en su edición digital, la fábrica de San Leonardo de Yagüe ha detenido su producción toda la semana ante las dificultades de contar con materiales suficientes. O Fico Mirrors (en Soria capital) que, a los pocos días de que se desatara la guerra, anunció la ampliación del ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) de siete a diez o doce días por falta de materias primas y por la subida del coste de la energía. También Mubea (Ágreda) negoció un ERTE para el conjunto de su plantilla por el mismo motivo.

Y es que llueve sobre mojado. A primeros de febrero, el XIV Observatorio de FOES avisaba de los efectos de la variante ómicron en la dinámica empresarial, teniendo en cuenta las bajas laborales de los trabajadores infectados en la mitad de las empresas consultadas. Asimismo, los empresarios advertían de un freno en el consumo. Aún así, hace mes y medio, un cuarta parte de los negocios consultados confiaba en recuperarse en un año o, incluso, en seis meses, mientras que casi un 24% aseguraba que ya había retomado la normalidad. No obstante, siete de cada diez valoró que España tardaría más de un año en volver a los valores prepandemia. Unas expectativas que se truncaron a partir del 24 de febrero, con la ataque ruso a Ucrania, y con la escalada de movilizaciones en la calle alentadas por una inflación insostenible.

Tampoco es que en los meses precedentes las esperanzas del empresariado soriano fueran muy halagüeñas. En el XIII Observatorio de FOES difundido a primeros de octubre del pasado año se puso de manifiesto una «caída de la confianza» de los negocios respecto a las previsiones de facturación y empleo en el último trimestre del año, y el 45% contemplaba la recuperación «más allá de 2022», a pesar de que en el mismo sondeo las firmas consultadas admitían una mejora de su situación.

Cabe recordar, igualmente, que al comenzar el año pasado, el 51,3% de las empresas sorianas aseguraron, según el XI Observatorio de FOES, que continuaban «muy afectadas» por la pandemia, a pesar de que el inicio de la vacunación frente al covid en aquel momento iluminaba el oscuro túnel que el coronavirus perforó en marzo de 2020.

suministros. La falta de suministros y materias primas, así como su encarecimiento, se ha agravado con la huelga del transporte y con la crisis bélica europea, pero esta situación se arrastra desde finales del verano pasado. En el XIII Observatorio de FOES, casi seis de cada diez empresas sorianas afirmaban estar «muy afectadas» por esta situación, y una tercera parte buscaban nuevos canales de suministros para poder mantener la producción. Escasez de semiconductores, tensiones alcistas en los precios del aluminio, acero, cobre o hierro, y problemas generalizados de logística internacional ya asfixiaban al tejido empresarial soriano hace medio año. Sin duda, el escenario actual es todavía más crítico.