El sector turístico procura estar siempre en evolución con la búsqueda de fórmulas atractivas y nuevas experiencias que atraigan a clientes potenciales. Y aunque la pandemia lo ha dejado muy tocado, una de sus más importantes parcelas, el camping, ha conseguido mantenerse y volver a despertar interés gracias a su apuesta por lo ecofriendly. Este nuevo modelo de turismo sostenible no sólo ha encajado perfectamente en estos espacios «por ser naturales y abiertos», algo importante tras el levantamiento de las restricciones sanitarias, sino porque «cada vez son más las personas que buscan ese contacto con lo natural y que la mano del hombre se note lo menos posible». Tras unos años «buenos» por el «redescubrimiento» de estos espacios turísticos donde prima la libertad del paisaje, las previsiones de los responsables de los campings de la provincia soriana son, en general, «buenas» a un mes del comienzo oficial de la temporada. Sin embargo, son conscientes de que la vuelta al turismo de referencia de costa se encuentra a la zaga.
La transformación de los campings para adaptarse a nuevos públicos ha derivado en un sector diverso y en auge, aunque la crisis sanitaria fue el punto de inflexión para esta nueva revolución. «La pandemia fue una gran oportunidad para que muchas personas optasen por el camping y para que otras lo descubrieran como una nueva forma de hacer turismo, de irse de vacaciones o para hacer una escapada. Pero también hay una apuesta de contacto con la naturaleza y de que la intervención en el entorno sea lo más mínima posible. Muchas personas valoran que no haya una relación grande de bungalows por zona de acampada, que es lo que más nos demandan», explican los responsables del Camping Refugio de Pescadores de Covaleda, quienes lo pusieron en marcha en 2020.
Las instalaciones pinariegas están abiertas desde el 15 de febrero y hasta el 15 de diciembre, algo poco habitual, pues se suele comenzar con la campaña a finales de marzo y hasta mediados de octubre. La particularidad de «desestacionalizar» la actividad tiene sus razones: «Hace más estable el empleo de nuestras trabajadoras y que la actividad se mantengan en la zona lo máximo posible, no que se concentre todo en un solo mes». Además, reflexionan, «todas las estaciones tienen su encanto» para hacer turismo; más en plena naturaleza.
estabilidad. Con un «crecimiento disparado» al principio de la pandemia, la apuesta por «el aire libre se estabilizó» posteriormente, aunque fueron años «buenos». Las reservas para esta temporada, indican los responsables del camping de Covaleda, han comenzado con buen pie, pues ya tienen algunas incluso para verano, pues desde el pasado ejercicio tienen la posibilidad de hacerlas online. En la misma línea optimista se muestra Mari Luz Almería, encargada del Camping El Concurso de Abejar: «Las reservas se están anticipando muchísimo, tenemos hasta para verano, así que confiamos en que vaya a ser un buen año». Asegura que se ha «aprovechado para hacer muchas mejoras (piscinas, descalcificadores, servicios...)» para que en la próxima apertura el 31 de marzo «todo esté preparado».
Para Elisa Huélamo ésta será su primera temporada al frente del Camping Cañón del Río Lobos, aunque ya había trabajado anteriormente en él. «En el año de la pandemia subió muchísimo porque la gente descubrió un mundo nuevo», indica para asegurar que Semana Santa y verano son los puntos clave.
Pero no todo el sector se muestra confiado por las consultas para futuras reservas. Para Alfredo García, del Camping Urbión, «es una temeridad basar la temporada en unas pocas llamadas». Advierte de que ya el año pasado «no se cumplieron las expectativas y en Soria se notó un bajón» turístico debido al «regreso a los destinos de referencia en verano: la costa».