José Luis Bravo

SOPA DE GUINDILLAS

José Luis Bravo

Periodista


Oportunismo o ingenuidad

06/03/2022

Los que sigan esta columna, que ya supera los treinta y cinco años en 'los papeles' habrán concluido que, el que suscribe, es más propenso al pesimismo que a su contrario, como tanto otros del oficio. De hecho tengo constatado que hay colegas de profesión en la élite de las audiencias que cultivan, desde hace tantos lustros como el que suscribe o más, la técnica de los comentarios apocalípticos que crean cierta adicción entre sus fieles. Uno de los casos más evidentes el de Federico Jiménez Losantos al que le importa un pimiento si se cumplen o no sus 'armagedones' imaginados, y quien sabe si a veces deseados, con tal de que renten los beneficios propios de quien dispone de seguidores que nutren el Estudio General de Medios.
Como quiera que un servidor no ha dependido nunca del tan afamado EGM, podría decirse que mi proverbial tendencia al pesimismo tiene más que ver con mi carácter que con mis ambiciones. Es por eso que, liberado de las ataduras laborales por mor de mis bien cumplidos 63 tacos, y sin que sirva de precedente, voy a intentar una pirueta con triple mortal y tirabuzón, para encontrar algo bueno en la invasión de Ucrania por el hijo de Putin,-imagino que lleva el apellido de su padre, no piensen mal-, desde su Rusia imperial. De entrada la Unión Europea despierta de su letargo y empieza a estudiar con detalle las alternativas energéticas que impidan dependencias de personajes o regímenes volátiles con unos líderes cuyo perfil acojona a todo el orbe.  Ahí, digo yo, las energías renovables tienen una opción clara para su impulso definitivo. Hay tecnología y, para qué negarlo, el territorio español y más aún el de la provincia que habitamos es un yacimiento estratégico, sobre todo de solar fotovoltaico. Muchísimas horas de luz pero temperaturas frescas que mejoran el rendimiento de las placas. Imaginen que, en un sueño revelador Pedro Sánchez se ilumina, aprovecha para pagar una deuda con esta provincia y propone la creación de algún centro de desarrollo tecnológico de energías alternativas y limpias. Como me he venido arriba con este optimismo, que parecería provocado por algún alucinógeno pero no es el caso, les diré que el ajuste de los equilibrios estratégicos en el mundo podría mejorar. La Unión Europea se consolida. Gran Bretaña llorará por haberla abandonado y si hay flujos de población durante el conflicto, desde Ucrania a nuestro país, puede compensarse en parte la menguante situación demográfica de alguna parte de 'la piel de Toro'. Ya ven que, el que no se contenta es porque no quiere. Eso sí, siempre y cuando el Zar Vladimiro I el Canalla no se pase con el vodka y apriete el puñetero botón rojo.