Los supermercados ya limitan la venta de aceite de girasol, cuyo precio se ha disparado tras la invasión de Ucrania, país que produce el 46% y es el mayor exportador del mundo. Y esta situación también la están notando en negocios como la hostelería o la repostería, que han comenzado a hacer acopio de botellas y garrafas ante un hipotético desabastecimiento que, al menos a corto plazo, descartan que se produzca.

Así lo explica el director del Hotel Restaurante Alfonso VIII de Soria, Gonzalo Irigoyen, que también ha incrementado el pedido de aceite de oliva pese a que tienen un stock suficiente. Y es que la diferencia de coste con el de girasol se reduce a 30 céntimos y por eso están casi igualando el uso de uno y otro a la hora de cocinar. Otro producto que también se ha encarecido de manera notable es la conserva. Por ejemplo, las latas de atún que tanto emplean en su menú y carta han aumentado su precio un 15% en apenas una semana.

Desde negocios de repostería o pastelería como Mantequerías York también sufren el impacto. Tal y como señala David Fernández, maestro pastelero, emplean unos 35 litros a la semana sobre todo para freír churros, y en los últimos días el litro ha pasado a costar un euro más. De manera preventiva han comprado más aceite de girasol, producto que van a necesitar en mayor cantidad de cara a la Semana Santa, cuando elaboran las típicas torrijas. Por ahora no se plantean trasladar ese sobrecoste a los clientes, aunque tampoco lo descartan si el precio de la materia prima continuase al alza.