«Continúa el discurso de odio de ETA y eso hay que combatirlo»

S.Almoguera
-

La capital soriana acoge por tercer año c0nsecutivo el congreso del Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo

«Continúa el discurso de odio de ETA y eso hay que combatirlo» - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

Una vez al año, desde hace tres, Soria se convierte en «una ventana» que permite a expertos en terrorismo de toda España hablar, pero, sobre todo, escuchar, intercambiar experiencias y puntos de vista. La perfecta simbiosis entre el Centro Internacional Antonio Machado (CIAM) y el Centro Memoria de las Víctimas del Terrorismo, con sede en Vitoria, ha permitido crear no sólo nuevas sinergias entre investigadores del terrorismo (historiadores, sociólogos, politólogos, victimólogos...) y creadores (cineastas, escritores...), también la puesta en marcha de nuevos proyectos que tienen como objetivo contribuir a eliminar la lacra del terrorismo y dejar testimonio veraz del daño y de sus consecuencias. La ficción, en este sentido, destaca Gaizka Fernández Soldevilla, codirector del curso Escribir la página antes de pasarla. Cómo relatar el terrorismo que esta semana se ha impartido en el convento de la Merced de la capital soriana, se ha convertido en el medio en el que, sobre todo muchos jóvenes, toman conciencia de este problema. 

Series como La línea invisible, de  Mariano Barroso, películas como Maixabel, dirigida por Icíar Bollaín o libros como Patria, de Fernando Aramburu, entre otros, han contribuido a acercar al público a esta realidad. Una de las máximas de este seminario, en este sentido, es la de propiciar el acercamiento multidisciplinar a este tema. «Abarcamos puntos de vista diferentes sobre cómo se investiga, cómo se analiza el terrorismo y también cómo se relata y se divulga», explica Gaizka Fernández Soldevilla, codirector del seminario junto a Ana Escauriaza y responsable de archivo y documentación del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo.

De ahí que para el Centro Memorial sea importante conocer de primera mano cómo se plasma el terrorismo en el cine, la televisión, la literatura y otras formas de expresión a través de las nuevas tecnologías. Este año, por primera vez, de hecho, se ha contado en Soria con el estreno de dos próximos trabajos cinematográficos que abordan el tema: Traidores, de Jon Viar, y el filme documental Las buenas sombras, de Felipe Hernández Cava. «Al escritor y al cineasta le enriquece la visión del historiador y a éste también  la del gran divulgador que llega a un público más amplio», añade.

Participantes «activos», un debate «interesantísimo», ponentes «de mucha altura» e intercambio de opiniones son los fundamentos principales de este seminario que en Soria, destaca Fernández Soldevilla, ha encontrado su sede ideal. De hecho, justo en la edición del pasado verano surgió en el convento de la Merced uno de los proyectos más exitosos que se han desarrollado a lo largo de este año: un podcast sobre terrorismo en colaboración con Delta Sierra. Los jóvenes son uno de los segmentos de edad que más interesa al Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo y, en este sentido, para llegar a ellos hay que utilizar medios que les sean cercanos, reconoce el codirector del curso. «Quizá los chavales no vayan a leer un libro de 500 páginas, pero puede que sí lean un cómic, visiten una página web o usen las redes sociales y es ahí donde hay que estar. Tenemos que adaptarnos a sus formas de consumir conocimiento», señala.

Por eso el Centro Memorial está apostando por este tipo de plataformas «que, quizá, no sean tan cómodas para nosotros para expresarnos, pero en las que hay que estar», insiste. Porque todo el espacio que la divulgación rigurosa sobre terrorismo no utilice «lo van a ocupar otros y entre ellos puede haber agentes de radicalización», advierte Fernández Soldevilla. Aunque ETA ya no exista como banda terrorista, si continúa existiendo «el discurso odio de ETA y eso sí hay que combatirlo», concluye.

Desde que el Centro Memorial abrió sus puertas en Vitoria hace 13 meses han recibido más de 30.000 visitas. Una parte importante de ellas, de escolares de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), Bachillerato e incluso de la Universidad. Y el interés entre los estudiantes por conocer esta parte de la historia reciente de España crece. «Estamos notando que hay más demanda para el próximo curso», recalca.

los jóvenes. ETA se disolvió formalmente hace cuatro años. La última víctima de los GRAPO data de 2006. La última de ETA, de hace tan solo diez. «Son cosas que han pasado hace muy poco, realmente, y los jóvenes no son conscientes», insiste Fernández Soldevilla, para quien es injusto culpar a las nuevas generaciones de, por ejemplo, no conocer la trágica historia del asesinato de Miguel Ángel Blanco. «No saben qué significó para la sociedad española el problema del terrorismo porque nadie, ni en las escuelas ni en el seno de las familias, les habla de ello», afirma. 

La divulgación a través de educación es, en este sentido, uno de los pilares estratégicos del Centro Memorial del Terrorismo. «Estamos ocupados y preocupados con este tema», insiste Fernández Soldevilla. Por ello, en colaboración con el Ministerio de Educación, el de Interior y la Fundación de Víctimas del Terrorismo, el Centro Memorial ha elaborado unas unidades didácticas que se están empleando ya en bastante centros en la ESO y el Bachillerato de País Vasco y que el próximo curso se implantarán en Navarra. Las visitas al Centro Memorial, una vez trabajado el tema en el aula, completan el acercamiento a la «realidad histórica» de un problema que azotó trágicamente y desangró a la sociedad española durante más de 40 años. «Les impresiona mucho el zulo de Ortega Lara, las reproducciones de bombas, las imágenes y también el patinete de Ignacio Etxebarría, el joven que se enfrentó a los terroristas yihadistas en los atentados en Londres, porque el patinete es algo muy cercano a muchos de ellos», apunta.

radicalización. España tiene como asignatura pendiente poner en marcha programas que ya se están desarrollando a nivel europeo para la prevención de la radicalización yihadista. Junto a esta amenaza, advierte Fernández Soldevilla, en el Norte de España aún hay peligro de que se produzca una radicalización nacionalista exaltada. «Es lo que llevó a matar a ETA y sigue siendo un problema», subraya. Llegar a las escuelas, por tanto, es clave como también alertar sobre la violencia implícita en las palabras.

«ETA, además de matar, mentía y manipulaba el lenguaje. No hablaba de asesinato, decía ejecución. No hablaba de secuestro, sino de retención. No hablaba de extorsión a los empresarios, sino de impuesto revolucionario...». De ahí que sea importante relatar los hechos tal como fueron utilizando el lenguaje real y veraz, un asunto que también se ha tratado en Soria. «Hay que rehumanizar el lenguaje y emplear las versiones lo más rigurosamente posible», añade.

A la vista de lo logrado en estos tres años, para el Centro Memorial del Víctimas del Terrorismo está claro que «hicimos una buena elección apostando por la capital soriana para hacer los cursos de verano», concluye.