Las librerías sorianas ya reciben reservas de libros de texto

S.Almoguera
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La competencia de Amazon y otros factores hace que el margen de beneficio ya no sea significativo

Las librerías sorianas ya reciben reservas de libros de texto - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

El curso escolar acaba de terminar, pero los preparativos de cara al que será el próximo año académico 2022-2023 ya se han puesto en marcha. De hecho, antes incluso de que las clases concluyeran, muchos padres hicieron la reserva de los libros de texto de sus hijos. Aunque este año, como reconocen las propias librerías sorianas, será una «incógnita» si se podrán cumplir los plazos habituales de entrega. El cambio de la nueva ley de Educación, la LOMLOE y la adaptación de las Comunidades Autónomas a ésta para crear su propio currículo escolar, así como los cambios que en los nuevos manuales tienen que introducir las propias editoriales prevén que, cuanto menos, se vaya con el tiempo muy justo. 

Si hace años a finales de agosto ya se disponía de los manuales en los establecimientos, ese año las librerías cruzan los dedos. De hecho, a lo largo de esta semana aún tenían pendiente la confirmación de la lista de los libros que utilizarán los alumnos el curso que viene en algún instituto. Como señala César Millán desde la Librería Las Heras, en la capital soriana, estos retrasos ralentizan también las peticiones a las editoriales. «No podemos hacer los pedidos antes», señala.

A ello se suma el cambio que las propios sellos editoriales tienen que hacer en los manuales con cargo a la nueva Ley de Educación. Los plazos, corroboran desde las librerías sorianas, van ajustados y el problema vendrá dado si se agotan los ejemplares, ya que muchas firmas están optando también por hacer tiradas ajustadas debido al fuerte incremento experimentado en el papel y otras materias primas que intervienen en la edición de los manuales escolares.

Como destaca David Acosta, gerente de la librería Piccolo, también en la capital soriana, «somos el último eslabón de la cadena» del proceso. Aun así, confía en que ya a finales de este mes de julio se puedan ir entregando los primeros lotes. «Intentaremos hacerlo lo mejor que podamos», insiste. 

En Infantil y Primaria se concentran la mayoría de las reservas que ya se han efectuado en los establecimientos. «Para institutos a día de hoy tengo muy pocas», insiste Acosta. En este sentido, los padres y alumnos prefieren esperar. 

Hace tiempo que la venta de libros escolares dejó de ser un porcentaje muy alto e incluso esencial en las ventas del año en las librerías. Por ley se establece un precio y, además, pesan otros factores como las plataformas digitales de venta. Y eso a pesar de los descuentos que realizan librerías como Las Heras (un 5% en Infantil; un 10% en manuales de Primaria y Secundaria). «Las ganancias son residuales», recalca César Millán. 

«No podemos competir con Amazon. Yo tengo que pagar a los empleados, el alquiler del local...», recalcan desde Piccolo. Frente a la brutal competencia que suponen plataformas como Amazon, son muchos los sorianos que prefieren el trato y el asesoramiento experto que se brinda desde las librerías. «Tenemos clientes que siguen siendo fieles por el servicio que ofrecemos», agrega Acosta. El trato personalizado y atento «es lo que nos diferencia de los precios de internet», continúa este librero. 

Aunque los padres siempre buscan tratar de conseguir los libros al mejor precio posible, algo completamente entendible, argumentan desde Piccolo. 

«En casa éramos tres hermanos y sé lo que cuesta para una familia», apunta Acosta. Pero en la búsqueda de los precios más baratos a veces también hay sorpresas. «Cuando se empezó con los bilingües que estaban hechos en Reino Unido el libro salía por 50 o 60 euros. Al final, era más barato comprarlo en las librerías», recuerda César Millán.

coste. El precio de los manuales escolares suele variar en función de la cantidad de libros que se designen desde los propios centros. «Depende del número que lleven», apunta César Millán. 

En el ciclo de Educación Infantil, hay colegios que suelen designar «unos tres cuadernillos, que tienen un coste de unos ocho euros cada uno», destaca. Hay otros que llevan carpeta de trabajo y que incluyen pegatinas y otros elementos para favorecer el aprendizaje. 

En ese caso, calculan desde la Librería Las Heras, el material puede suponer un desembolso de «unos 110 euros, que subirán si se añaden otros cuadernillos», apunta.

En el caso de los libros de Educación Primaria suelen rondar los 30 euros cada libro a los que hay que añadir «18 o 19 euros por cada cuadernillo» de actividades, enumera César Millán. En Secundaria, agrega, «suele subir un par de euros más cada libro y cada cuadernillo», insiste.

En cualquier caso, el margen de beneficio es escaso, reitera el gerente de Las Heras, y hoy día se trata más bien de dar un servicio que de facturar. La implantación de programas como Releo Plus, que promueve la reutilización de los libros, ha restado también ventas de libros. «Con el Releo sólo se cambian los cuadernillos», insiste. 

En Releo Plus hay dos posibilidades: la reutilización de los libros o el pago de los manuales con un tope máximo de 280 euros en Educación Primaria y de 350 euros en el caso de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO). 

Las cifras de beneficiarios de este programa regional de la Junta de Castilla y León, según anunció recientemente la consejera de Educación, la soriana Rocío Lucas, se elevarán a alrededor de 76.200 alumnos castellanos y leoneses, lo que supondrá un crecimiento del 7% con respecto al curso que acaba de terminar. En Soria el número de beneficiarios se elevará a 2.721 escolares (el 37% del alumnado total de la provincia) cuyos padres tengan una renta inferior a 21.195 euros.

De hecho, al margen de este programa, cada vez es más frecuente que las familias retarden cada vez más las reservas de los libros de texto a la espera de conseguir «algún libro», indica David Acosta desde Piccolo. 

En este sentido, indican desde las librerías, los centros escolares también piensan en las familias y muchos institutos sólo suelen cambiar asignaturas sueltas.