Ignacio Fernández

Ignacio Fernández

Periodista


Tres años

16/03/2023

Esta semana se han cumplido tres años del gran trauma: cuando España paró por la pandemia tras la intervención del Gobierno el 14 de marzo. Y se inició el mayor drama colectivo que recuerdan varias generaciones. El dolor sigue presente en la memoria de muchas familias. Pero la vida ha seguido adelante.
Sin embargo, sus efectos siguen presentes en nuestras vidas: las montañas de deuda que adquirieron los estados en forma de dinero inventado para soslayar los problemas de la covid siguen ahí, pendientes de que las pague la generación siguiente. El músculo del sistema sanitario, desgarrado por la tensión de una crisis tan brutal, sigue sin sanar. Y los consensos pendientes siguen eso, pendientes.
Tres años. Han pasado tres años, número mágico, y muchos tenemos la sensación delicuescente de que hemos aprendido algo raquítico, una enseñanza parva que nos deja en cueros ante la próxima arremetida de una emergencia sanitaria. Dice el refrán que «después de la cuesta viene la aldea» y en ella nos hemos tumbado en nuestra «chaise longue» a verlas venir. ¿Dónde están las comisiones, los debates, los estudios, sobre lo ocurrido? ¿Dónde los expertos independientes cuyas conclusiones sirvan de muro de contención para la próxima?.
¿Deberían estudiarse la pandemia en las escuelas? ¿Deberían establecerse efemérides conmemorativas en un país como el nuestro en el que celebramos tantos «días de….»? Y las cuentas: ¿hemos echado ya las cuentas de lo que nos hemos gastado y cómo, un escandallo de recursos que nos den una dimensión numérica del daño?
En fin, son preguntas pertinentes ahora que ya han pasado tres años, justo esta semana, en que muchos empezaron a encontrar la muerte y a todos los demás, en una u otra medida, nos cambió la vida. Al fin y al cabo, como dijo Kundera, «el olvido es la memoria de las oportunidades perdidas».

ARCHIVADO EN: Pandemia, España, COVID-19