Las direcciones nacionales de Partido Popular y Vox entierran –al menos públicamente– el hacha de guerra tras unas jornadas de guerra de trincheras, restan importancia a lo ocurrido y tratan de coserse las heridas que la polémica del protocolo antiabortos ha dejado en las relaciones de ambas formaciones. Depués de llegar a acusarse mutuamente de querer romper el pacto de Gobierno en Castilla y León o acusarse «cobardes» o «irresponsables», las cúpulas de PP y Vox quisieron visibilizar un cambio de tendencia después de que a última hora de este miércoles el vicepresidente de la Junta, JuanGarcía-Gallardo, sentenciase que no iba a «frustrar» la «alternativa a la izquierda» en España.
«Todos los gobiernos de coalición tienen tensiones», argumentaba ayer el coordinador general del PP, Elías Bendodo, que rebajó la tensión y apeló al diálogo «por el bien de la estabilidad de los gobiernos». «Yo no lo calificaría de crisis», afirmó al ser preguntado si cree que al partido puede pasarle factura esta crisis en Castilla y León y si puede romperse ese acuerdo de gobierno que suscribieron Partido Popular y Vox tras las elecciones celebradas en febrero del año pasado.
El 'número tres' del PP apostó por el diálogo e hizo un llamamiento para «hablar y llegar a acuerdos». «Hay que distensionar y, evidentemente hay que seguir avanzando». En cuanto a si cree que esta crisis con Vox en Castilla y León va a pasar factura al PP a la larga por futuros acuerdos, Bendodo reiteró que él «no lo calificaría de crisis» y agregó que «todos los Gobiernos de coalición tienen sus tensiones».
En este punto tiró de currículum y recordó que él mismo viene de un Gobierno de coalición en Andalucía la pasada legislatura de PP y Cs «con apoyo parlamentario de un tercero», en alusión a Vox. «No todo es fácil. Por tanto, pregúntele a Sánchez si hay tensiones en los gobiernos de coalición», ironizó, para reiterar que «el entendimiento y el diálogo resuelve estas cuestiones». Al ser preguntado si hay riesgo de que se rompa el Gobierno de Castilla y León, el coordinador general del Partido Popular insistió que «es bueno hablar y dialogar por el bien de la estabilidad de los gobiernos».
Todo el esfuerzo
Desde el otro lado, el presidente de Vox, Santiago Abascal, también quiso contribuir al apaciguamiento de la situación y garantizó al presidente de la Junta que su partido hará «todo el esfuerzo» para mantener el gobierno de coalición con el PP en Castilla y León. No obstante, reconoció que serán «comprensivos» pero a la vez «exigentes» con el cumplimiento de las medidas antiabortistas anunciadas por el vicepresidente Juan García-Gallardo. «Hay mucha gente interesada en romper el acuerdo en Castilla y León y entre esa gente no estamos nosotros. Nosotros vamos a hacer todo el esfuerzo para que el Gobierno del PP y Vox se mantenga», verbalizó Abascal, que no ocultó que el Ejecutivo de coalición castellano y leonés «atraviesa dificultades» y «no tengo ninguna duda en que atravesará más dificultades...porque algunos no están acostumbrados a gobernar en coalición y van a tener que aprender poco a poco» pero ha evitado ponerse en una hipótesis de ruptura». Por último quiso ironizar con que «riesgos siempre hay en la vida», y dejó claro que «cuesta entender que un pacto no se cumpla», aunque volvió a ratificar su confianza «en la palabra de Mañueco».