Bunbury dice adiós

Agencias
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El cantante zaragozano adelanta su despedida de los escenarios «con todo el dolor del mundo» y en plena gira por Estados Unidos por sus problemas de garganta y respiración

Bunbury dice adiós - Foto: Mario Guzmán

No pudo ser. Al final, el cantante y compositor Enrique Bunbury no podrá despedirse de sus fans en su última gira como tenía previsto. El artista adelanta así su retirada de los escenarios, que ya anunció hace unos meses, por los problemas  de garganta y de respiración que padece, y eso a pesar de que acababa de arrancar su tour por Estados Unidos y que posteriormente iba a recalar en España, algo que ya no hará. «Con todo el dolor del mundo», fueron sus palabras para expresar este amargo trago. 

Un anuncio que realizó ayer desde Chicago, a falta de un día de la celebración del concierto que tenía previsto en Rosemont, y a falta de los shows de Houston, El Paso, San Diego, Los Ángeles, San Francisco, Las Vegas y Anaheim.

La gira española iba a comenzar el 22 de julio en Cádiz e iba a pasar por Murcia, Mallorca, Málaga, Pontevedra, Alicante, Gran Canaria, Tenerife, Zaragoza, Granada, Madrid, Barcelona, Sevilla y Valencia. 

Ante esta decisión última, el artista, de  54 años, agradeció la «comprensión» de sus seguidores en lo que calificó un momento «doloroso» para él y todo el equipo.

Respecto a las entradas ya vendidas, el zaragozano señaló que entiende «que muchos comprasteis entradas para una gira norteamericana que ya estaba vendida y una española que apuntaba lo mismo, pero me es imposible cantar», y añadió que el importe de los tickets serán devueltos.

El exlíder de la banda de rock Héroes del Silencio, un músico nacido el 11 de agosto de 1967 en Zaragoza, empezó su carrera musical a la precoz edad de 13 años, cuando ya tocaba la guitarra eléctrica y la batería en su colegio y hacía sus primeros pinitos en grupos amateur.

Eso sí, su vida cambió cuando, junto al batería maño Juan Valdivia, formó Héroes del Silencio en 1985 y, dos años después, publicaron el miniálbum Héroe de leyenda, al que siguió El mar no cesa (1989), que fue disco de platino.

Otros éxitos importantes con Héroes fueron Senderos de traición (1990), El espíritu del vino (1993), Flor de loto (1994) o Rarezas (1998), el último disco de esta banda compuesta también por Pedro Andreu y Joaquín Cardiel. Fue precisamente el propio Bunbury quien decidió el fin del grupo.

En 1994 creó la discográfica independiente A la Inversa, con el grupo zaragozano Las Novias. Y en 1997 llegó su primer trabajo de estudio en solitario, Radical sonora, al que siguieron Pequeño (1999), Flamingos (2002), y El viaje a ninguna parte en 2004.

Su siguiente trabajo, El tiempo de las cerezas (2006), fue hecho en colaboración con el asturiano Nacho Vegas, referente de la música independiente y presentado por ambos con éxito en el Liceo de Barcelona.

nueva etapa. El año 2008 supuso una nueva etapa en la carrera de Bunbury tras lanzar Hellville de luxe (su quinto disco en solitario), además de presentar el corto El hombre delgado que no flaqueará jamás, protagonizado por él y realizado por el francés Edouard Salier.

Su sexto disco, Las consecuencias (2010), y el séptimo, Licenciado Cantinas (2011), fueron seguidos de una gira iniciada en Valencia y que llegó a EEUU e Iberoamérica. Siguió con Palosanto (2013), el disco más conceptual de su carrera, grabado en Los Ángeles, ciudad a la que se había ido a vivir.

En 2014 comenzó en México la gira del disco y grabó el largometraje El camino más largo, un documental sobre su gira por América. A finales de año salió Madrid, Área 51, un doble CD y doble DVD grabado en directo en Madrid.

Sus siguientes trabajos fueron Hijos del pueblo (2015), grabado en directo, y Expectativas (2017), su noveno álbum, que constituye una mezcla de sonidos.

Antes de anunciar su retirada de los escenarios y de poner fin a su gira El último tour, Bunbury informó el pasado febrero que esta decisión la iba a tomar a partir de septiembre, después de cumplir sus compromisos en España y EEUU.

El cantante asumió su retirada tras una gira mexicana en la que había comprobado que lo que «normalmente era placer se ha convertido en fuente de inmenso dolor».