Otro capítulo sanitario que se escribe en femenino

Ana I. Pérez
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Ocho de cada diez profesionales de la Gerencia de Asistencia Sanitaria de Soria son mujeres; un tercio, directivas

Otro capítulo sanitario que se escribe en femenino - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

Un reportaje más sobre la sanidad soriana. En clave femenina. Realmente, casi siempre es así aunque no reparemos en ello. Hagamos memoria [o tiremos de archivo, por asegurar]: ¿A cuántas sanitarias hemos entrevistado durante un año de pandemia? En un somero repaso por nuestras fotografías cuento a ocho médicas y a una quincena de enfermeras. Seguro que son más, también otras tantas trabajadoras (celadoras, auxiliares, personal de limpieza, farmacéuticas...) que han sido claves para salvar vidas en esta dura prueba que aún está por superar. El Día de Soria, como es habitual, se suma a la celebración del 8 de marzo, Día de la Mujer. En esta ocasión, no podía ser de otro modo que a través de sus voces, de los testimonios de las mujeres que son el sustento de nuestro sistema sanitario y que en esta crisis lo están dando todo. 

Antes de pasar a los 17 testimonios de sanitarias en distintos puestos de responsabilidad que han regalado unos minutos de su tiempo, así como una parte de su historia profesional y personal a este periódico, es relevante conocer la ‘radiografía de género’ de la sanidad soriana a través de las estadísticas. Así las cosas, el porcentaje total de mujeres en la Gerencia de Asistencia Sanitaria de Soria es de un 78,14 %. Sin embargo, solo un 33,33% ocupan puestos directivos. 

Por áreas, en Atención Primaria, el 73,62% de los profesionales son mujeres (63,13% personal facultativo; 82,83%, enfermería; y 71,30%, en gestión) y, en este caso, la mayor parte de los mandos intermedios corresponden a mujeres, un 77,14%, si bien cabe apreciar que es de un 72,22% en los servicios médicos; un 92,86% en enfermería y solo un 33,33% en unidades de gestión y servicios.

Además, en Atención Especializada, un 79,78% son mujeres sobre el total del personal, más de la mitad en el caso de los médicos, un 57,14%, un 93,15% en enfermería y un 64,17% ocupa puestos de gestión. Mientras que en Primaria casi ocho de cada diez mandos intermedios están en manos femeninas, en Especializada el porcentaje baja al 58,64%. Cabe poner el acento en que en las jefaturas de servicio médicas recaen en un 41,38%, aún habiendo más facultativas, mientras en las unidades de enfermería se eleva hasta el 92% y en  gestión y servicios se queda en un 45,45%.

Los porcentajes pueden resultar abrumadores, pero son claros a la hora de concluir que aunque casi el 80% de la plantilla de la Gerencia Sanitaria de Soria está compuesta por mujeres, la mayoría de los cargos directivos están ocupados por varones y también se extrae una evidencia similar en el caso de los mandos intermedios en Atención Especializada, no así en Primaria, lo que también puede tener una lectura de género (o quizás no). Como dicen los sociólogos, esto último es una hipótesis, no una evidencia científica.

Asimilada la tormenta de cifras que da una idea de cómo se estructuran los recursos humanos de la sanidad soriana, es el momento de descender al día a día, de comprobar a través de testimonios cómo de grueso es el techo de cristal en este campo y en qué medida existen diferencias o discriminaciones laborales por cuestión de sexo. La mayoría coincide que como la sanidad está tan feminizada y, además, hablamos en este caso de la administración pública, no suelen encontrarse con las barreras de la desigualdad que están asentadas en otros sectores y en el ámbito privado. Si bien la sanidad exige, en buena parte de los puestos, trabajar a turnos, completar guardias y acudir al puesto fines de semana y festivos, lo que, lógicamente, complica a todos la conciliación familiar y social. 

Y hace un año que llegó la COVID-19, una pandemia que, por el momento, no tiene fecha para su fin, lo que ha implicado que las jornadas laborales en hospitales y centros sanitarios hayan sido y sean interminables. A la mayoría de las entrevistadas en este reportaje les ha tocado vivir este año trágico con los hijos mayores o sin cargas familiares y, en todos los casos, aseguran que cuentan con la corresponsabilidad de sus respectivas parejas en lo que se refiere a la dinámica familiar. Sin embargo, algunas sí reconocen que si esta etapa les hubiera coincidido con la crianza de niños pequeños, no están seguras de que hubieran podido con ello.

Así las cosas, aunque la fecha lo requiere y toca hablar de igualdad, conciliación, fractura de género, techo de cristal o conductas machistas, estas páginas son, ante todo, un reconocimiento a esas mujeres perseverantes de nuestra sanidad que, aunque exhaustas, no cejan en su valiosa labor.