El giro del Tribunal Supremo al cambiar su criterio inicial para admitir ahora que va a revisar los indultos concedidos a los líderes del procés catalán, ha sido un golpe inesperado para el Gobierno. Al menos, eso es lo que se desprende de las palabras de la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, que ayer no dudó en calificar de «sorprendente» la decisión del máximo órgano judicial en la que admitió a trámite los recursos presentados contra el perdón a los principales líderes secesionistas.
Incluso entiende que se trata de una injerencia. «A mí me resulta un poco sorprendente porque los indultos son uno de los elementos en los que el protagonismo lo tiene que tener el Ejecutivo», explicó la ministra, que tuvo que lidiar con la oposición en la sesión de control en el Congreso ante la ausencia de Pedro Sánchez. En todo caso, tampoco quiso salirse de los cauces de la lógica política y significó su «respeto total» por las acciones judiciales. «Veremos cuál es el análisis», añadió.
La revisión de los indultos fue un asunto que volvió a reflejar las posiciones del arco político nacional. El titular de Presidencia, Félix Bolaños, defendió que la concesión de esa amnistía por el Gobierno a independentistas condenados cumplió la ley «a rajatabla».
Sostuvo que los indultos fueron «absolutamente legales» y que sirvieron para una finalidad mayor, la de superar la «tensión insoportable» que se vivía en Cataluña e iniciar una nueva etapa basada en el diálogo. «Consiguieron que hoy Cataluña sea un lugar más habitable». Además, negó que el Gobierno esté preocupado. «En absoluto», zanjó.
El contrapunto más ácido a la visión del Ejecutivo socialista lo puso el portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal. «¿Es positivo para España que se cumplan sentencias condenatorias, que haya justicia y que no se infrinja la ley? Sí, es positivo», respondió así de tajante a su propia pregunta el dirigente de la formación naranja.
Bal saludó con evidente agrado que se haya dado «un paso más» para que el Supremo, en cuanto al fondo del asunto, pueda declarar «la nulidad de esos indultos para que los condenados por graves delitos de sedición, malversación y desobediencia entren en la cárcel de la que nunca debieron salir».
También terció en este asunto el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, para afear al Gobierno sus concesiones al independentismo para seguir en la Moncloa. «Yno solo en el pago inicial para ser presidente del Gobierno, sino en los pagos parciales y periódicos para mantenerse. Lo hemos visto en la concesión de los indultos sin que los indultados se hubiesen comprometido no volver a delinquir, un requisito básico para obtener una gracia así». remarcó el gallego.
Calviño se enzarza con vox
Nadia Calviño protagonizó en el Congreso un agrio rifirrafe con Vox. Todo comenzó con una pregunta de carácter económico del portavoz de la formación derechista, Iván Espinosa de los Monteros. En su respuesta, Calviño lamentó que Vox «proponga repartir armas el día que estamos llorando por una matanza de niños en Estados Unidos».
El partido de Abascal precisó que no proponen la venta libre de armas en España ni que los españoles puedan ir armados por la calle, sino el derecho a usarlas en casa en legítima defensa cuando hay una «amenaza real» para la vida. «Es una cosa que se ha inventado, se lo ha sacado de la manga», dijo Espinosa de los Monteros sobre la acusación de Nadia Calviño.