Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


La pinza

01/03/2023

La moción de censura presentada por Vox contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se convertirá en un enfrentamiento a tres bandas, entre socialistas, populares y la ultraderecha, en la que el Gobierno contará con el apoyo de los socios parlamentarios. Descartado que la moción pueda salir adelante por cuestiones estrictamente matemáticas, la iniciativa de Vox va a configurar una pinza entre este partido y los socialistas, con el PP como el queso del sándwich, que es quien va a resultar interpelado por ambas partes y que ya ha mostrado sus cartas con su decisión de abstenerse a la hora de votar al candidato a sustituir a Sánchez, el economista peripatético que ha transitado por todo el arco político, Ramón Tamames.

Descartado a efectos políticos, consecuencias para la gobernación del país, la moción de censura tiene sobre todo carácter electoral y de ahí que entre en juego el espacio temporal para su  debate y votación, aunque parece que el Ejecutivo quiere pasar el trámite cuanto antes, porque este tipo de debates los carga el diablo y cualquier exceso de confianza por minusvalorar al rival puede tener consecuencias indeseadas, cuando no se puede negar la solvencia intelectual del candidato de Vox, que no obstante tendrá que compaginar su biografía y lo que le toca defender. 

Como la política hace extraños compañeros de cama, existe coincidencia entre las pretensiones de Vox y del PSOE: herir las posibilidades electorales del Partido Popular. Si el expresidente del PP, Pablo Casado, dijo aquello de "hasta aquí hemos llegado" y fue convincente al señalar que PP y Vox no eran iguales, el actual líder del PP ni quiere ni puede decir lo mismo. La cuestión es que ni el panorama político, ni la dependencia mutua de ambos para alcanzar cuotas de poder, ha cambiado; solo que ahora se encuentran más cerca los procesos electorales y hay que comenzar a definirse. El presidente del Gobierno tratará de salir airoso o poco rasguñado del envite manteniendo una posición institucional de absoluto respeto hacia la moción de censura y su candidato, mientras que el PP se verá obligado a hacer equilibrios, a atacar simultáneamente al Gobierno y a Vox, sin acercarse tanto a la extrema derecha como para quemarse y no separarse tanto de ella como para poner en riesgo su comunidad de intereses al calor de los resultados electorales, donde todo hace prever que se van a necesitar, mutuamente, porque al PP se le han disipado todas las dudas acerca de los pactos con Vox: se formalizarán donde las matemáticas lo permitan y el insomnio se curará con pastillas de pragmatismo y  la esperanza de que los dirigentes de Vox no saquen los píes del tiesto demasiado pronto, como en Castilla y León

En ese sentido,  lo relevante del debate de la moción de censura es hasta donde aprieta la pinza entre el PSOE y VOX al PP, a quien retrata su decisión de abstenerse de votar al venerable Tamames.