El Río Duero Soria se presentaba ante su afición en la Copa del Rey, un pabellón a reventar que buscaba llevar en volandas a los suyos en el difícil partido que tenían por delante ante Unicaja Almería.

El primer set fue de un voleibol de ataque son complejos. Con dos equipos que apenas fallaban. Dos momentos fueron claves: cómo los celestes se sobrepusieron a un 6-9 y el saque de Pepe Villalba con empate a 21. El 25-23 era una inyección de moral para los anfitriones y una losa para un conjunto andaluz con un frágil estado de ánimo.

El Río Duero Soria ponía velocidad de crucero y arropados por sus fieles destrozaban a un Almería que no hacía acto de presencia en la segunda manga. El sonrojante 25-10 reflejaba el momento de unos y otros, pero quedaba lo más difícil, cerrar el partido ante un equipo andaluz que debía sacar la garra de campeón para meterse en el partido.

El tercer parcial repetía la igualdad del primero. Mejoraba Unicaja con el saque y eso le permitía igualar fuerzas con los celestes. Con 16-17, Alberto Toribio solicitaba un tiempo muerto para recordarles a los.suyos que no podían dar vida a un gigante dormido.

Reaccionaban los celestes para agarrar un partido que no se escaparía (25-23). Por primera vez desde que son Río Duero de meten en semifinales de Copa. Espera Melilla. Soñar ya está permitido.