"Comprar en una tienda física hace ciudad"

Lucia Sánchez (Ical)
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El presidente de Conferco reivindica a la Junta ayudas directas para reflotar a un sector que ha pasado la peor crisis desde la Guerra Civil

"Comprar en una tienda física hace ciudad" - Foto: Concha Ortega

Reclama a la Junta ayudas directas al sector del comercio y denuncia que las que llegan lo hacen tarde pues el 17 por ciento de los comerciantes de Castilla y León han tenido que echar el cierre. El vendaval de la crisis del COVID-19 se los ha llevado por delante. El soriano Adolfo Sainz es desde esta semana el nuevo presidente de la Confederación de Comercio de Castilla y León (Conferco). Este afamado y activo comerciante de la capital ha mamado el oficio desde bien pequeño y dirige una tienda de ropa en la calle Numancia, que data de 1850. Afirma con orgullo que ya sus tatarabuelos, por ambas partes, se dedicaban al comercio, y lo reivindica como algo vital para las ciudades, es más, considera que es una forma de vida. Licenciado en Económicas, Ciencias Políticas y Ciencias Sociales, se compromete a defender con vehemencia los intereses del sector y conseguir reflotarlo. Considera que debe actualizarse pero defiende la compra física por encima de todo, pues nada suple el acto social que conlleva y los beneficios genera en el entorno más cercano.

¿Cuáles son los retos que se marca al frente de Conferco?

Lo más importante es poner en valor el sector. En Castilla y León emplea a 137.000 familias que permitimos que 40.000 locales estén abiertos al público. El comercio representa casi el once por ciento del PIB y un cuarto de los autónomos somos comerciantes. El comercio es importante para el medio rural y también para las nueve capitales de provincia; es una actividad esencial y no esencial pues en un pueblo pequeño el comercio lo es todo y en las capitales de provincia dan vida al casco histórico, a la ciudad y generan riqueza y empleo. Desde Conferco vemos con optimismo la salida de la crisis de la pandemia, no obstante, esto ha sido durísimo, porque han sido 14 meses de restricciones, con el negocio algunos meses cerrado y con limitación de aforo. Las restricciones a la movilidad han afectado al comercio de Soria, Ávila, Segovia y Salamanca, ya que recibimos a los residentes de Madrid. Hemos tenido que lidiar con el miedo de la gente a entrar en un sitio cerrado. Ahora vemos la salida de ese túnel. Ha sido la crisis más larga para el comercio desde la Guerra Civil española. Necesitamos la ayuda imprescindible y necesaria de la Junta.

¿Las ayudas han sido suficientes?

No. Entiendo que los ayuntamientos habrán podido ayudar a o no al sector, pero las ayudas de la Junta no han llegado y su apoyo ha sido insuficiente. Desde Conferco esperábamos más, porque ha sido una situación excepcional, muy dura y muy difícil. Ante situaciones excepcionales se deberían dar ayudas excepcionales. Estamos pensando en los prometidos fondos europeos pero es difícil conseguir u optar a este tipo de ayudas porque se dan a empresas que hayan tenido problemas de deuda. El comercio no solo ha tenido problemas de deuda sino que algunos se han quedado por el camino, en Castilla y León entre un 17 y un 20 por ciento. Además, los que seguimos abiertos lo hemos hecho a base de ahorros propios, de no gastar y comprar lo mínimo. Necesitamos ayudas de manera urgente; llegarán tarde pero más vale tarde que nunca. Pedimos ayudas directas para mantener lo que hay. En verano creo que podremos salvar los muebles, pero en octubre la crisis volverá con mayor intensidad.

¿Se esperan cierres en cascada si no se aprueba un plan reflotar el sector?

Cuesta mucho cerrar un comercio, porque somos pequeños autónomos que tiramos de ahorro y de nuestro patrimonio y no sabemos hacer otra cosa que estar en la tienda, por lo que sobrevivimos como podemos. Los que quedamos hemos aguantado como hemos podido. La situación ha sido durísima. Los comercios que nos dedicamos a la ropa somos lo que peor lo hemos pasado, pro no ha habido fiestas, ni celebraciones, ni fiestas de San Juan en Soria ni de San Pedro en Burgos. Hay ropa en stock. La temporada pasada no se dio salida al género y esta de invierno ha pasado algo similar. En cambio, el comercio de equipamiento del hogar o de alimentación se ha defendido mejor. Ha habido un 30 por ciento de pérdidas en todo el comercio en general en comparación con 2019, pero en el comercio de moda o ropa de exterior la crisis ha sido perdidas de 50 y 70 por ciento.

¿La crisis del COVID ha sido la peor para el sector de las últimas décadas?

Veníamos de una situación malísima de 2008, la crisis económica global nos afectó de forma directa. En 2009 y 2010 lo pasamos fatal y cuando comenzábamos a tomar un respiro ha llegado el COVID y ha sido la puntilla. La gente ha tenido que cerrar su negocio porque el confinamiento, los cierres y el miedo a entrar en la tienda física, e incluso a salir a la calle, nos han hecho pupa. Además, los políticos también han tomado decisiones poco acertadas con medidas contradictorias. Lo hemos pasado fatal y nos va a costar recuperar la normalidad, a pesar de que creo que la vacunación ayudará al auge del comercio local.

¿Cómo se puede hacer entender a la gente que el comercio minorista es una garantía para salir de la crisis?

Como comerciante criado en una tienda por los cuatro costados, soy un gran defensor del pequeño comercio. Creo que la experiencia de ir a comprar a una tienda significa crear empleo en tu localidad, que las tiendas paguen impuestos. El comercio da vida a la ciudad. Yo siempre pongo el ejemplo de las ciudades dormitorios donde no hay tiendas, que son frías y feas. Al final, las tiendas, junto con los bares y restaurantes somos los que damos vida a nuestra ciudad. Ese trato de cercanía, de confianza, de especialización que tenemos; el tocar el género; probártelo; la relación entre comerciante y cliente no se tiene cuando compras por internet. Creo que las compras on line son muy frías, no generan beneficios en el entorno cercano y siempre está la duda de si llegará en condiciones. Las compras a golpe de ‘click’ son impersonales y frías, sin embargo, en el comercio local se establece un tú a tú. En el medio rural la tienda, en muchos casos, es lo que le da la vida, ya que es un punto de encuentro donde los vecinos se relacionan con fluidez. En las ciudades también ocurre lo mismo. Si no fuera por las tiendas, estarían muertas. La ciudad nace cuando aparece el comercio.

¿Ve necesaria la actualización del sector?

La pandemia nos ha hecho ver lo importante que es la digitalización y estar en las redes sociales. Durante el período en el que las tiendas estuvieron cerradas, la gente hacía las compras por internet porque no había otra forma. Esto nos animó a los comerciantes a ponernos las pilas. Somos conscientes de que tenemos que usar internet como una herramienta o un escaparate virtual más. Muchos comerciantes ya colgamos nuestros productos en páginas web. Sin embargo, a pesar de reconocer que es necesario, no quiero renunciar a la experiencia del comercio físico: comprar y ver el producto. Hay que intentar compaginar la venta on line con la física. Creo que el modelo de venta física está ligado al estilo de vida mediterránea donde se dan las relaciones sociales que hacen ciudades compactas. El comercio es una forma de vida.

¿Cómo puede ayudar el ciudadano de a pie al comercio local?

Cuando compras en tu ciudad o en tu pueblo estás beneficiándote a ti mismo, porque si yo genero ingresos, yo también gasto y lo hago en mi ciudad y se crea una economía circular de la que salimos todos beneficiados. El dinero que se invierte en tu ciudad se queda en ese lugar y a la larga también repercute en el propio beneficio.

¿Cómo se le puede convencer de que debe apostar por la compra en la tienda cercana y no por grandes plataformas logísticas que no crean empleo en las medianas y pequeñas ciudades?

Los castellanos y leoneses deben saber que tenemos un comercio extraordinario, moderno, especializado, que compite en precios, tiene personal profesional y cada vez hay más gente joven dedicada a ello. Solo hay que darse una vuelta por las ciudades para ver que tenemos un comercio de primera línea, que crea riqueza, contrata a gente. Comprar en una tienda física hace ciudad.

La crisis ha afectado también a grandes firmas, algunas han abandonado su presencia en las ciudades…

Sí, ha afectado a todo el mundo porque aunque las grandes firmas aumenten sus ventas en internet, esos beneficios nunca superan al que obtienen en el comercio físico. Ahora que la gente empieza a moverse, la venta on line está volviendo a bajar porque comprar en una tienda física es una experiencia y una forma de socializarnos. A pesar de esto, los grandes perjudicados hemos sido los pequeños.

Durante la pandemia, las tiendas de comestibles de barrios o de proximidad sí que resurgieron en España ¿La pandemia ha servido para dar mayor valor a lo cercano?

Sí, durante los dos meses y medio que estuvimos cerrados, mucha gente redescubrió la tienda de barrio, la de debajo de tu casa. Había mucho miedo a ir a una gran superficie y hacían la compra en la pequeña tienda cercana. Los pequeños comercios de comestibles han sobrevivido y han ayudado a paliar el caos. Si no hubieran estado, la situación hubiera sido más perjudicial para todos.