Los casos de soledad no deseada se disparan en Soria

N.Z.
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La soledad tiene un perfil muy marcado en Soria, persona mayor, mujer y viuda. Cerca de 1.600 sorianos tienen teleasistencia y la ayuda a domicilio llega a 1.300 hogares

Los casos de soledad no deseada se disparan en Soria - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

Se ha identificado como la 'epidemia' del siglo XXI y la Organización Mundial de la Salud la considera una cuestión de?salud pública. Un fenómeno creciente, multifactorial, que influye negativamente en la calidad de vida de quien la sufre. 

La soledad no deseada [cuando la red de relaciones sociales de una persona es deficiente] no es una realidad nueva pero el aumento constante de casos ha hecho despertar las alarmas. La pandemia del coronavirus, además, ha agravado el problema. 

La proximidad física se ha convertido en multiplicador del riesgo y, para mantenerse a salvo, se optó por aislar y privar de la compañía, del contacto con otras personas, de socializar... lo que ha tenido un efecto directo en los sentimientos de soledad y abandono de las personas, especialmente de las más vulnerables. 

En Soria, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), 11.600 personas viven solas. Esto supone que, de cada diez hogares (hay 37.600 en total), tres son unipersonales. 

Nadie es ajeno a la soledad, pero hay perfiles muy marcados. El 55% de los hogares unipersonales de Soria son personas mayores de 65 años (6.400 casos). Teniendo en cuenta que la población en esta franja de edad es de 22.600 personas, esto se traduce en que más de una cuarta parte de los mayores vive solo (el 28,3%). Mujer y viuda completa la 'fotografía' más habitual, según revela la Encuesta Continua de Hogares del INE de 2020.

Los hogares unipersonales crecen en términos generales (un 4,5% en los últimos cinco años) pero lo hacen en mayor proporción entre las personas mayores. En 2015 el INE contabilizaba 5.000 personas mayores de 65 años solas en sus hogares. En el último registro de 2020 este dato se elevó a 6.400, es decir, un 28% más. Esta cifra cobra sentido si tenemos en cuenta que la población española se ha embarcado en un viaje inevitable hacia la vejez. No obstante, la soledad no es solo cuestión de edad... 

La tendencia, además, va en aumento. Según la proyección de hogares que diseña el INE, en 2035 el 34,5% de los hogares de Soria será unipersonal, casi nueve puntos por encima que a principios de siglo. 

La estadística de hogares unipersonales puede servir de apoyo para analizar el problema.No obstante, cabe advertir, vivir solo no significa sufrir soledad no deseada, del mismo modo que vivir acompañado no es siempre garantía para eludir el sentimiento de abandono y soledad. 

Las instituciones públicas han detectado el problema y son conscientes de que precisan de más recursos para combatirlo pero, también, de nuevas formas de intervención. 

La Junta de Castilla y León ha presentado ya un Plan Estratégico contra la Soledad no Deseada y el Aislamiento Social dotado con 100 millones para los próximos cuatro años. En paralelo, las administraciones y entidades locales mantienen sus diferentes programas y líneas de apoyo para, desde el nivel más cercano, ayudar a quien sufre soledad sentida. 

mecanismos para combatirla. En la capital, el Ayuntamiento de Soria no cuenta con un «una estrategia concreta» frente a la soledad no deseada, si bien se trabaja de forma «integral» y transversal para atajar esta problemática que, apunta el concejal de Acción Social Eder García, se ha agravado en pandemia ya que se ha producido «un terremoto» a nivel de soledad, miedos, salud mental... 

«Desde el Ayuntamiento se está ya en conversaciones con la Junta» para tratar de encajar sus programas en el plan regional y «trabajar de forma integral y no duplicarse» pero, independiente de este escenario, el Consistorio mantiene varias líneas abiertas «desde hace años», destaca el responsable de la materia. Al amparo del Acuerdo Marco (financiación de la Junta a las corporaciones locales para la prestación de Servicios Sociales) asumen servicios como la ayuda a domicilio, la comida a domicilio y la teleasistencia (que gestiona Cruz Roja), llegando a casi el millar de usuarios.

Además, cuentan con programas específicos como las Aulas de la Tercera Edad, que ronda ya las 600 matrículas tras el parón covid y donde el objetivo es poder alcanzar el próximo curso los niveles de participación prepandemia, cuando llegó a sacar de casa a 800 mayores. Se ha puesto en marcha también un plan para la instalación de detectores de humos que ha llegado a 500 mayores de 75 años, así como mejorado el equipamiento en los barrios para facilitar un ocio saludable. Lo que no se ha logrado recuperar aún, alerta el edil, es la normalidad en las actividades de ocio y encuentro en los centros cívicos como Gaya Nuño o la asociación de la Barriada. Es algo que «preocupa» ya que «ese acudir a echar la partida permitiría hacer un seguimiento diario», justifica. Por ello, los esfuerzos se centran ahora en retomar esas rutinas y sacar a de casa a la población más vulnerable para que pueda tejer redes sociales que le sirvan de apoyo. 

Ahí ponen el foco las campañas culturales, deportivas... que se diseñan a nivel municipal desde la premisa de «incorporar la perspectiva de la integración», es decir, tratando de acomodar  horarios, gustos e inquietudes para que puedan atraer a esa población. «Los cursos, talleres, ciclos, actividades... sirven para adquirir habilidades pero, sobre todo, tienen un trasfondo, que es que esas personas tengan una rutina de asistir al centro, que puedan conocer a otras personas... que tengan una excusa para salir y tejer redes que han perdido», justifica el edil de Acción Social.

en los pueblos... En el medio rural es la Diputación, a través de sus diez Ceas (centros de acción social),  quien «hace una labor importantísima, con un servicio personalizado y diario, prácticamente a domicilio», para detectar cualquier situación de riesgo, destaca la diputada de Servicios Sociales, Eva Muñoz, quien advierte de que la soledad no deseada no es un problema nuevo pero «va en aumento». Lo dicen los datos de los diferentes programas que gestiona la institución para atender a las personas en situación de dependencia de la provincia (con financiación de la Junta al amparo del Acuerdo Marco). En teleasistencia se «ha doblado en pandemia el número de usuarios pasando de unos 300 a 612 al finalizar 2021», destaca, al tiempo que justifica este incremento en que «se ha visto que es un buen servicio» y, además, «ahora la teleasistencia avanzada es gratuita». Hay además  casi un millar de vecinos del medio rural que precisan ayuda a domicilio, un servicio que la institución gestiona a través de Aralia y que permite atender las necesidades de la vida diaria para que las personas se mantengan en su entorno familiar en condiciones de calidad el mayor tiempo posible. También en este caso se aprecia un incremento de la demanda ya que febrero de 2022 había 937 usuarios, frente a los 877 de 2017. 

A mayores de estos dos servicios básicos, la Diputación desarrolla, al amparo de la Junta, el Programa de prevención, inserción y atención a las personas mayores. En este contexto, se ofrece «apoyo mediante llamadas proactivas a las personas que viven solas o con especiales dificultades de salud y que no participan en ninguna otra actividad, con la finalidad de crear y favorecer redes de apoyo y escucha a las personas que están en soledad y aislamiento por causas familiares, de edad y enfermedad». Además, se llevan a cabo talleres, como los de entrenamiento cognitivo, de información sobre las medidas preventivas de la covid-19 y de relajación y autoconocimiento a través del mindfulness llevados a cabo en los últimos meses. Este «feed-back con los usuarios» es básico para «estar conectados e informados» pero, también, para conocer sus necesidades, subraya la diputada del área social. 

A su juicio, es evidente que hay una «necesidad» social y el problema de la soledad no deseada se agudiza, por lo que considera que «hay que incidir un poco más» y «dar una vuelta» con nuevas propuestas. Entre otras, cree que podría resultar «interesante» la creación de «una red de voluntarios en la provincia» que complemente el servicio que ya ofrece Cruz Roja pero cubriendo «otros niveles, quizá, desde los ayuntamientos». 

atención integral. En Cruz Roja conocen bien lo que sufre una persona que siente soledad porque tanto sus técnicos como sus voluntarios escuchan a diario a decenas de usuarios que necesitan una voz amiga. Se han detectado casos en jóvenes que se atienden desde Juventud pero es un problema que afecta especialmente a la población más mayor, reconoce la responsable del departamento de Personas Mayores y discapacidad/Atenpro de Cruz Roja Soria, Marianela Sánchez Martínez. «Soledad hay y ha emergido en la pandemia. Hay una soledad que es muy acuciante que se detecta porque sufren ansiedad, depresión, llanto, angustia, llamadas de atención… pero hay otra soledad que es realmente provocada por la despoblación. Hay gente que te dice que no ha visto a nadie en días», apunta sobre la situación que se vive en la provincia. Precisamente para atajar este mal social, Cruz Roja Soria ofrece un «acompañamiento a través del voluntariado» y hasta cinco programas que se desarrollan sobre un pilar, «la atención integral de la persona usuaria». «Los servicios se intenta que sean personalizados. Los contactos proactivos, con una comunicación constante y fluida con las personas usuarias. Y no se trata de estar solo detrás para cuando haya una emergencia, sino a su lado para esos momentos de angustia, soledad, llanto, alegría… de todo», concreta.

Cruz Roja cubre la teleasistencia a nivel público en la capital [en los casos derivados desde Servicios Sociales del Ayuntamiento] pero, también, a nivel privado. Se trata de un servicio que ofrece al usuario «seguridad», saber que 24 horas al día, los siete días de la semana, hay alguien al otro lado del «medallón» y que, si se pulsa, tendrá ayuda. Desde Cruz Roja se ofrece la modalidad domiciliaria y móvil. Además, hay dos servicios complementarios, el Terminal GSM, una teleasistencia vinculada a una tarjeta móvil que permite la movilidad entre provincias, y 'Cuídate más', un programa que «cubre seguridad y salud (control de tensión, de peso...)».

Sánchez insiste en «el buen trato a los mayores», en escuchar sus demandas, sus necesidades, en favorecer su autonomía... En este marco, uno de los proyectos más interesantes que desarrollan es Red Social y Envejecimiento Activo (Enrédate), un «espacio de participación» donde los mayores acuden a talleres, cursos, charlas, excursiones... La excusa es participar en la actividad pero el fin último es «que salgan y se relacionen», justifica. «Pretende mantener o aumentar la malla social, las relaciones sociales, de las personas mayores». 

La Ayuda a Domicilio Complementaria (servicios complementarios a la Dependencia) es un programa que permite «mantener y mejorar la autonomía de las personas», capacitándoles para «sacar una cita para el dni, ir al médico, utilizar la tarjeta de crédito...». Además, se trabaja con los productos de apoyo que puedan mejorar la autonomía de la persona usuaria o de la persona cuidadora. 

Por último, el programa de Envejecimiento Saludable, para personas de 55 años en adelante, trata de dar habilidades a quienes están a un paso de la jubilación. Muchos de ellos descubren al participar en este programa que pueden ayudar a otros y se hacen voluntarios. Es un camino más para salir de la burbuja, para socializar, para tejer tu propia red que permita no estar solo, no sentirte solo.