Aurelio Martín

LA COLUMNA

Aurelio Martín

Periodista


Cuestión de oportunidad

03/08/2020

Con la incertidumbre del futuro incierto, también de la pandemia que ha alterado nuestras vidas de añorada monotonía, se comienzan a vivir los primeros debates sobre la posibilidad de corregir los errores que han provocado la tragedia en muchas provincias, como Segovia, con la llegada de la Covid-19, que ha sorprendido a un territorio con un hospital apropiado para una situación de normalidad y unas plantillas de profesionales mermadas, con 280 consultorios, de los que 98 se encuentran abiertos, según la información oficial, con una población diseminada y envejecida.    
El virus por tanto ha arrasado una provincia que no estaba preparada con los suficientes medios como para hacerla frente y que, hasta pasados unos días de la segunda quincena del mes de marzo, la más dura, no pudo derivar pacientes a otros centros de la Comunidad autónoma y encontraba dificultades para realizar traslados hospitalarios desde las residencias de mayores, el colectivo más afectado, con una cuarta parte de fallecidos del total de residentes en los centros de la provincia, lo que convierte a Segovia como la que más letalidad ha padecido de España en relación a otros años, de acuerdo con los datos del INE. 
Reconocidos por los representantes políticos esta situación, el asunto es aprovechar la oportunidad para enmendar carencias, partiendo de que el reciente pacto firmado por los grupos políticos de Castilla y León contempla una partida de 250 millones de euros para infraestructuras sanitarias. 
En su última comparecencia parlamentaria, ante la pregunta de la procuradora Alicia Palomo, la consejera de Sanidad, Verónica Casado, fue explícita: «Tenemos que hacer cosas porque Segovia se lo merece (...) Nos hemos dado cuenta de que Segovia necesita inversión y Segovia va a tener inversión».  Bien por el propósito de la enmienda, pero quedan muchos interrogantes por responder y compromisos por adquirir, que hacen que haya que mantener la expectativa y no bajar la guardia en la reivindicación de aquello que se reconoce a los ciudadanos.
Ya sabemos que hay plazos, aunque ni siquiera hayan informado dónde se van a ubicar las camas necesarias para un posible rebrote, en octubre –ojalá que con la colaboración de todos no se produzca, aunque parece difícil por comportamientos imprudentes–, pero más dudas se plantean ante la posible construcción de un edificio que vaya a albergar las consultas del Hospital General, junto con la unidad satélite de radioterapia –promesa con 15 años–, que va a dejar un espacio importante para dotar de nuevas camas al actual centro hospitalario. 
Cuando se habla con tan poca precisión, también con plazos tan largos de seis a ocho años, caben dudas, y una de ellas es, si llegado el momento, con unos recursos destinados a otros puntos de Castilla y León, se comunique que con eso es suficiente y que hay que darse por contentos. Si hace falta un segundo hospital, como ha reconocido la consejera, hay que empezar a adquirir compromisos serios y no ir pildoreando con ideas de proyectos que tienen escaso peso.