Loli Escribano

SIN RED

Loli Escribano

Periodista


Tutoriales

17/07/2021

Vivimos en la era de los tutoriales. Todos podemos hacer de todo. Solo tienes que buscar en Google aquella disciplina que quieres aprender. ¡Y la encuentras! No solo hay tutoriales para aprender a coser una cremallera invisible, decidir cuándo podar el rosal del jardín de la abuela o arreglar la tubería del fregadero. También hay vídeos que te explican truquillos para sobrevivir al día a día. Hay de todo: cómo quitarte una férula de la boca sin llevarte tres muelas y los incisivos; cómo abrir un tarro de mermelada sin que se te abra la muñeca por el esfuerzo; cómo arreglar el pinchazo de la bici o cómo purgar los radiadores cuando empieza el invierno.

Ya no es necesario apuntarte a ningún cursillo para aprender lo más inverosímil ni tampoco hay que llamar alchapucillas de la familia que sabe de todo. Ahora todos podemos hacer de todo siguiendo las indicaciones de los tutoriales. Siempre me ha sorprendido la capacidad que tienen todas esas personas que graban y suben sus vídeossobre las cuestiones más insospechadas. Qué imaginación. El otro día me encontré con un tutorial titulado, “Cómo escribir un libro paso a paso”. Tiene una duración de 4:45. Qué maravilla. Con tan solo cuatro minutos y cuarenta y cinco segundos puedes dejar a Cervantes como a un principiante. Me picó la curiosidad y empecé a verlo. Primer paso, hay que tener una buena idea. ¡Ojo! Tiene que ser buena. Si no es buena, no sirve. Eso dice la señora que enseña a escribir un libro paso a paso. Han transcurrido tres días y sigo sin parpadear. Ya que escribir parece que lo puede hacer cualquiera dedicando cuatro minutos y cuarenta y cinco segundos; decidí buscar un tutorial sobre cómo fomentar la lectura. Es curioso que apenas se lea en España, pero muchas personas te confiesan, bajando el tono de voz y una media sonrisa entre tímida y arrogante: yo también escribo. Bendito país que aúna a escasos lectores y múltiples escritores. Ahora que acabo de publicar mi cuarta novela; la mayoría de las personas me hacen las dos mismas preguntas: cuántas páginas tiene y de qué va. Tengo ya varias respuestas estereotipadas en función de quién lanza la doble cuestión. Si sé fehacientemente que no es lector, le recomiendo que se espere a que hagan la película de mi libro. Si sé que ni fu ni fa; no le especifico el número de páginas porque los de este grupo se cansan y no acaban las 270. Los lectores de verdad, los viciosos de la narrativa, esos no preguntan ni lo uno ni lo otro. Esos te dicen que ya lo tienen comprado o reservado y que si sería tan amable de firmarlo. 

Encontré varios tutoriales para fomentar la lectura y llegué a la conclusión de que lo de no leer es como la adicción al tabaco: saben que es perjudicial para la salud, pero no lo pueden evitar. Ojalá alguien invente parches para empezar a leer como los que se utilizan para dejar de fumar.