Jesús de Lózar

Jesús de Lózar


Los toros

18/06/2022

Los toros eran en fiestas, por la Virgen y San Roque, alguna vez en el Pilar. Mi madre nos levantaba a las seis de la mañana para el desencajonamiento. Toreábamos en el portal de casa. Un verano, hartos de pedir al Ayuntamiento que adecentara las paredes de la plaza, las pintamos tres amigos. Agazapados en el comedor vi un domingo de agosto en la penumbra de la alcoba de mis padres vestirse de verde y oro al sobresaliente de las dos corridas de las fiestas, Emilio Serna, «valiente novillero burgalés, triunfador en varias plazas catalanas». Ese año entré a la plaza por la puerta de corrales con el botijo que me pasó mi padre. Entrada gratis. Qué distinto es ir a los toros como un espectador más que habiendo visto antes al torero vestirse en tu casa, fundiéndote con él ante el peligro siempre cierto de la muerte en la lidia.
La peña de aficionados con banderillero incluido, a la que a comienzos de los sesenta me llevaba mi tío en un bar de la calle Goya. Hacer tuyo el triunfo de José Luis Palomar. Acudir a un tentadero en Salamanca yendo y viniendo en el día en un Simca 1200 verde. Recorrer a pie las dehesas, a lo lejos los toros, y en seguida subirte al tractor. Ir a las Ventas una vez al año por San Isidro y encontrarte siempre con gente de Soria. Bajar a la Maestranza por San Miguel con la asociación 'Que si Curro que si Paula' y salir antes de tiempo para no perder el AVE. El horror para Morenito de Maracay del Viernes de Toros. Las tertulias en el Alfonso. Esperar en la puerta del hotel a César Rincón, que había lidiado ese día el toro más grande de su vida. Leer en 1971 'Pan y toros y otros papeles sediciosos del siglo XVIII'. Ahora que se expone en la Biblioteca, releer a Chaves Nogales su 'Juan Belmonte, matador de toros' y el epílogo de Josefina Carabias.
Figuras de toros y su nombre (Sesenco) aparecen en las estelas de los siglos I y II de Tierras Altas y mucho antes en las pinturas rupestres de Valonsadero. Siempre ha habido en Soria ganaderías de toros criados en el monte, destinados a festejos como los sanjuanes. Además de Valonsadero, Las Casas o Covaleda, hay noticias de toros de Navaleno, Sotillo del Rincón, Deza, incluso pastaban en la laguna de Añavieja los Carriquiris, la primera ganadería de los sanfermines.
Moreno de la Cova, Miura, Pablo Romero, son ejemplos de hierros famosos de ganaderos trashumantes sorianos que llegaron a Sevilla a principios del siglo XIX. En nuestra tierra desapareció en el siglo XX por completo la ganadería de reses bravas. En 1993 Antonio Bañuelos funda su ganadería perteneciente a la Unión de Criadores de Toros de Lidia y da su primera novillada en Burgos dos años después con «los toros del frío» que pastan en el borde del Páramo de Masa. En 2012 en Soria, primero en Quintana Redonda y después en Las Casas en la finca El Ontanal, entre Valonsadero y el Cerro Vellosillo, Sergio Loro Gonzalo y Milagros Rodríguez Barranco pusieron en marcha 'Bravos de Valonsadero', perteneciente a la Asociación de Ganaderías de Lidia, un nombre que evoca las antiguas ganaderías del monte de los sorianos, donde dispone de todas las instalaciones necesarias para la cría y el manejo del ganado, con plaza de tientas incluida.
No soy taurino, o no soy especialmente taurino. Pero soy de esta tierra llamada España y un domingo de agosto vi en la penumbra de la alcoba de mis padres vestirse a un torero que como todos iba a enfrentarse esa tarde al riesgo de encontrarse con la muerte. Y pinté con mis amigos la plaza de toros.