César Millán

César Millán


De sorteos, suertes y trabajos

24/12/2022

Bueno, como quien no quiere la cosa, ya nos hemos plantado en la Navidad. De hecho, cuando estas palabras salgan a la luz puede que vengan acompañadas de imágenes de Soria con cava o champán celebrando que la suerte de las bolas de la Lotería de Navidad ha pasado de nuevo por nuestra provincia. No es fácil dada la población que tiene Soria, pero no imposible, sobre todo teniendo en cuenta lo que jugamos en este sorteo. A nadie se le escapa que muchas de las cifras que a lo largo de los últimos meses han ido remarcando titulares  de la prensa se deba a la imagen que tiene Soria de repetir premios en los sorteos navideños y también que son muchos los sorianos de la diáspora que llevan a sus ciudades y lugares de trabajo números obtenidos en las administraciones provinciales.
Sea como sea está claro que en este sorteo ponemos buena parte de nuestras esperanzas. Lo que es, o al menos ha sido hasta no hace mucho, significativo de ese espíritu soriano acomodado, que espera que la suerte caiga cual maná del cielo, de la misma manera que espera que sean otros los que solucionen nuestros problemas. Una imagen que contrasta con el espíritu emprendedor y trabajador que tenemos allá donde nos movemos.
Sí, es cierto, que se trata de una generalidad y como tal sujeta a muchas excepciones, por supuesto, pero desde que Soria dejó de lamerse las heridas, de golpearse el pecho afligida, de lamentarse de su mala suerte,  pero sin hacer nada para evitarlo, las cosas han ido cambiando notablemente. No solo porque nuestra voz se ha ido escuchando fuera de nuestra provincia, sino porque existe un convencimiento general de que depende de nosotros dar ese salto para lograr que las cosas reviertan de una vez por todas.
No, claro está que hay temas cuya solución es muy compleja, en especial el de la despoblación, pero otros han ido aclarándose poco a poco. Sin duda lo más significativo sea la pérdida de esa negatividad latente que lastraba cualquier intento de avance, la desconfianza innata hacia aquellos que viniendo de fuera trataban de aportar algo para revertir la situación.
Por supuesto que estamos curados de espanto y que seguimos desconfiando de quienes tienen la solución, casi con un chasquido de dedos, a todos los problemas. Que seguimos desconfiando de las promesas y futuros logros de aquellos profetas que tras años de dar largas y estirar las actuaciones, encuentran de golpe el atajo que nos va a llevar al final casi por arte de magia. De la misma forma que hemos comprobado que mientras en nuestra provincia las actuaciones regionales y nacionales se eternizan en otros lugares de la geografía patria se acometen en tiempos adecuados. Pero también que en los últimos tiempos las cosas han ido tomando forma. Es más que probable que el trabajo de la ahora formación política Soria Ya (por supuesto, de sus miembros) esté dando sus frutos o puede que sea ahora cuando verdaderamente se les tiene en cuenta. 
Sea como fuere espero que estos días disfruten de todo y celebren como mejor puedan la Navidad.