Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Hora de hacer política

19/02/2021

Primero fue la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado y muchos problemas quedaron pendientes de resolver a la espera de que el Gobierno pudiera sacar adelante las cuentas públicas, un empeño que no tenía nada fácil. Pero aún había otro límite temporal para no abordar su solución, la celebración de las elecciones catalanas el 14-F, y a la espera de que sus resultados pudieran despejar un panorama incierto. No ha sucedido así, porque la victoria del PSC no ha hecho sino exacerbar las posiciones de los independentistas, al menos de momento.  

Pero ya no hay excusas temporales, y quedan por delante dos años sin que haya elecciones a la vista que malean todo el debate político. Es por tanto la hora de la política con todas las cartas electorales repartidas, y con unas cuentas públicas que, en el peor de los casos, pueden servir para que el Gobierno acabe la legislatura. Presupuestos y comicios catalanes dejaron en el aire la renovación de los órganos constitucionales, la mejoría de la relación entre los dos socios de gobierno y, por supuesto, abordar la cuestión catalana.  

La llamada del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez al líder de la oposición, Pablo Casado, para resolver la renovación del Consejo General del Poder Judicial y del resto de órganos que están pendientes de nombramientos ha sido inmediata tras el 14-F, y ha venido precedida del llamamiento al PP para que realice una ‘oposición útil’ que lo separe de las gesticulaciones de Vox y demuestren su carácter de partido de Estado. A Casado se le ha acabado la posibilidad de dilatar el cumplimiento de un mandato constitucional, además de que el Gobierno cuenta con mecanismos para maniatar el órgano de gobierno de los jueces y puede activar el proyecto de cambiar el procedimiento de elección de los vocales del CGPJ. Si, como suele ser habitual, en esa negociación va imbricada la elección de los nuevos responsables del Defensor del Pueblo y de RTVE, y la conversación entre ambos fue “constructiva” ya no hay motivo para que se concrete lo antes posible.  

También ha llegado la hora de que los socios del gobierno de coalición, PSOE y Unidas Podemos, encuentren la fórmula de mejorar sus relaciones y que sus discrepancias y deslealtades no trasciendan de la forma virulenta en que se manifiestan ahora. Se esperaba qué tras los Presupuestos y las elecciones catalanas, los socialistas pasaran a la ofensiva para poner coto a los agravios recibidos por parte de los de Pablo Iglesias y demostrar que también saben jugar a la obstrucción de la tramitación de las leyes, aunque el último enfrentamiento se refiere a leyes relacionadas con la igualdad de derechos, con consecuencias indeseables para quienes esperan ver resuelta su discriminación. Pero Pablo Iglesias y los suyos no dejan de dar motivos para que la oposición pida su salida del gobierno, porque todavía no han acabado de entender su papel institucional como acaban de demostrar en el caso del apoyo a las protestas violentas por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél.  

En cuanto a Cataluña, el Congreso ha rechazado con el voto del PSOE y la abstención de UP la moción de ERC para celebrar un referéndum de autodeterminación. Se sientan así las bases del próximo diálogo político sin que haya ningún género de dudas sobre la posición de los socialistas.