Jesús Quijano

UN MINUTO MIO

Jesús Quijano

Catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Valladolid


La jubilación

14/09/2020

Era de esperar que en cualquier momento comenzarían a realizarse propuestas relacionadas con el sistema de pensiones vigente en España. Y no es de extrañar que, estando como está todavía en fase de aplicación progresiva una reforma de hace algunos años que va alargando poco a poco el momento de la jubilación, haya sido precisamente este asunto el que ha sido objeto de las propuestas más concretas como las que se ha conocido estos últimos días.

El asunto es el de la edad de jubilación, obviamente, que, con carácter general, está en el camino de los 65 a los 67 años. De lo que se ha conocido, y pendiente como está el tema de detalles, matices, negociaciones, acuerdos y reformas, las ideas parecen ir en el doble sentido: se trataría de penalizar más la anticipación voluntaria de la jubilación, con más descuentos en la pensión, y de bonificar con incrementos el retraso, cuando se ha prolongado, también voluntariamente, la vida activa, supongo que añadiendo alguna cantidad suplementaria a la pensión que corresponda, teniendo en cuenta el tiempo de prolongación y la cuantía a percibir. Por ahí parece que irían los tiros, al menos en lo que es una propuesta inicial, por el momento.

El debate no es de hoy, ni sólo de aquí. Con unas u otras iniciativas, son ya muchos los países que están en esta dinámica, y muy en concreto en nuestros socios de la Unión Europea. Visto el asunto de manera objetiva, es bien evidente que algo hay que hacer en ese sentido. Los jóvenes se incorporan ahora más tarde a la vida laboral, con periodos más reducidos de cotización y con una media de retribuciones más baja, lo que supone que llegarán a la jubilación en condiciones comparativamente peores; los mayores alcanzan la edad de jubilación actual, incluso con los paulatinos aumentos, en condiciones generalmente favorables de salud y capacidad laboral, y con una esperanza de vida cada vez más elevada, por fortuna. Si se echan las cuentas entre cotizaciones y pensiones, es bastante claro que algo hay que corregir en el sistema. La cuestión está en que pueda hacerse el debate con rigor, con serenidad y con visión de futuro, para que las reformas tengan más sentido. Porque hacerlo, hay que hacerlo.