Jesús Quijano

UN MINUTO MIO

Jesús Quijano

Catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Valladolid


En campaña

15/04/2019

Todas las campañas electorales tienen algo de especial; sea por el momento, por los contendientes, por la incertidumbre, o por las circunstancias, pero todas tienen algo de especial. Y ésta que se puso en marcha el pasado viernes, también lo tiene; seguramente más que otras que hemos conocido. Porque, efectivamente, hay muchos elementos que la hacen especial. Empezando por las coincidencias temporales. Hasta ahora, que yo recuerde, ni las Navidades, ni la Semana Santa, ni el verano, conocieron campaña electoral alguna; en alguna ocasión se aproximaron, pero no llegaron a coincidir. Esta vez, toda la primera semana de la campaña electoral estará interferida por las celebraciones, procesiones, viajes y relajos varios; o tal vez, sea a la inversa, que es la campaña electoral la que interferirá en todo lo demás, porque todo eso forma ya parte de las costumbres con arraigo. Así que, supongo, asistiremos estos días a una campaña más selectiva, más intensa donde los ritos de la Semana Santa tengan menos incidencia, y más suave, o ni eso, donde ocurre lo contrario, que es más o menos lo que pasa por aquí. En cualquier caso, el efecto práctico será que la segunda semana, que es la que conduce a la fecha electoral, será especialmente viva; lo normal es que en ella se produzcan los debates y se difundan las propuestas, con algún riesgo de que el exceso de concentración de mensajes oscurezca un tanto el panorama, como cuando los árboles no dejan ver el bosque.
Y a eso me refiero. Esta vez hay otros factores más especiales aún: nunca hubo tantos contenientes con opciones de obtener representación disputando el mismo espacio; nunca hubo tanta carga estratégica en el diseño de la actividad electoral; nunca hubo un porcentaje de indecisos tan elevado, a la vez que tanta voluntad de participación. Este es el escenario. Venimos de un periodo de inestabilidad al que no estábamos acostumbrados por aquí; y los cuatro años que han transcurrido desde las anteriores elecciones en 2015 debieran habernos enseñado algo. Que si queremos algo más de certeza para el futuro estaría bien disponer de algo más de información y de claridad. O sea, que sería bueno que esa semana intensa que esperamos fuera bien aprovechada.