Hace tiempo que vivimos en un permanente ‘reality show’, y no lo digo por los casi cuatro millones de espectadores (33% de audiencia) que registró el primer capítulo del documental ‘Contar la verdad para seguir viva’ con el que se desahoga a lágrima viva Rocío Carrasco. Lo digo por el efecto pernicioso de políticos como el camaleónico Toni Cantó, que, entre lágrimas de cocodrilo, ha hecho de la actividad política todo un espectáculo, una obra de teatro en la que, como viejo actor, interpreta un personaje sobre el escenario de la vida pública, esa que últimamente cabalga entre el vodevil y el esperpento mientras vamos de ola en ola (o de olita en olita, según Fernando Simón).

A quien le puede extrañar a estas alturas de la película la creciente e imparable desafección entre la política y la gente de a pie si el espectáculo no tiene, además, entreacto alguno. Basta con escuchar este martes al hasta ahora vicepresidente segundo del Gobierno de la nación y aspirante a tocar el cielo madrileño en su loa a sí mismo en las redes sociales. ¡Ay de los salvadores patrios en esta especie de gran hermano con la que nos quieren deleitar a precio de patio de butacas del Musikverein vienés!

Háganse a la idea de cualquier disparate es más que posible en este gran escenario de la vida pública tras el sorprendente mes de marzo en el que, como si de la exuberante floración del cerezo se tratara, los partidos políticos han hecho el más difícil todavía bajo la carpa circense levantada en Murcia. Un mes en el que hemos sabido que Manuel Castells, el enigmático titular de Universidades, es el ministro que más patrimonio declara. Quizá por ello, se la traiga al fresco casi todo y hasta se atreva a declarar, cual estólido bufón, aquello de que “si este gobierno colapsara, que no lo hará, España se desintegraría”. ¡Toma ya!

En fin, ahora que vamos a entrar en abril, en el mes de la celebración del Día del Libro, convenga más que nunca recordar las palabras pronunciadas por Sergio Pitol en la inauguración de la biblioteca del Instituto Cervantes de Sofía: “El libro es uno de los instrumentos creados por el hombre para hacernos libres. Libres de la ignorancia y la ignominia…”

Aplique cada cual su conclusión.