Sabido es que los responsables institucionales disponen de asesores a su servicio, para que, entre otras cosas, les iluminen sobre lo más conveniente a decir en cada escenario al que acuden y en el que tienen que decir unas palabras que vengan al caso. Los de Fernández Mañueco, inspiraron el presidente como el Creador hizo con Saulo de Tarso, más conocido como San Pablo que, cuando se afanaba en la persecución de los seguidores del Nazareno, como buen judío, facción farisaica, fue deslumbrado por un resplandor que lo derribó de su caballo y sin más trámite renació convertido a la fe cristiana.
Nuestro presidente regional, pronunció una frase que me sugirió que también había recibido un fogonazo celestial y por fin se había dado cuenta de que ‘el patrimonio histórico de Castilla y León es un elemento regenerador de la economía en nuestra comunidad’ y añadió también alguna consideración relacionada con la importancia de establecer sinergias públicas y privadas para optimizar este valioso activo. ¡Zas!, me dije, ha entendido que no se pueden dar situaciones tan absurdas como la que se planteaba en Medinaceli, donde la ubicación de un mosaico en el patio del Palacio Ducal, comprometía el futuro de la Fundación Dearte. Hago un paréntesis para añadir que, con el artículo de la pasada semana ya remtiido a la redacción de El Día de Soria, el Consejero de Cultura y Turismo, anunció que habría solución consensuada sobre este asunto.Vuelvo a asunto del discurso, pronunciado con motivo de una reunión con ediles de las Ciudades Patrimonio de Humanidad y descubro, además, de la perogrullada de la frase que ya cité, algunas consideraciones relacionadas con las alternativas  que el patrimonio ofrece en tiempos de pandemia y sobre todo cuando el virus nos deje por fin respirar sin mascarilla. Francamente, no hacía falta una situación como esta para caer en la cuenta de una obviedad semejante. Quizá el titular debiera haber sido ‘Mañueco por fin se cae del guindo en materia de Patrimonio Histórico y Cultural’.
Quiero suponer que su reflexión no se hacía sólo pensando en Salamanca, Ávila y Segovia y que puede aplicarse, por ejemplo a quienes tenemos singularidades tan evidentes como las huellas de dinosaurios y  otros vestigios de hace millones de años, que aún esperan un centro de interpretación en condiciones y que lo mantenga la Junta. Añado que echar los restos en el yacimiento de Numancia con inversiones dignas, sería otro ejemplo de que las palabras de Mañueco no oportunistas. Por cierto, me permito sugerir la suspensión de empleo y sueldo para quienes le escriben discursos cargados de vaguedades tan huecas como infantiles.