Ignacio Fernández

Ignacio Fernández

Periodista


Campeones

12/01/2023

Eurostat publica los datos de paro en la Unión: no sé qué me cabrea más, si la "foto"  España o la indiferencia (fruto de la resignación) con que la opinión pública deglute los datos, como si la catástrofe no tuviera remedio. El nuestro es el país con mayor porcentaje de desempleo de toda Europa y nuestros jóvenes son los que más paro sufren, más incluso que Grecia, país que sorprende por su buena evolución. El paro femenino de las jóvenes llega al 35%.

Este "tanteador" convierte en especialmente insultante la moralina con la que La Moncloa "celebra" las cifras macroeconómicas de nuestro país, maquilladas por el dinero europeo pero con dos gravísimos desajustes: el déficit y el desempleo. Da un poco de vergüenza ver presumir a ministros y palmeros progubernamentales cuando tienes a uno de cada tres jóvenes buscando trabajo y cuando lo encuentran no dejan necesariamente de tener una economía precaria.

Da también un poco de pena ver cómo la sociedad española subordina estas noticias a un lugar recóndito de nuestra conciencia, como si no fuera con nosotros, como si fuera inevitable, como si no importara que ser conscientes del problema es una de las condiciones  para que se solucione. España tiene índices de paro inaceptables para los alemanes pero asumibles para los españoles. De esta forma nunca acabaremos de ser el norte de África en lugar del sur de Europa.

Y lo peor es la ausencia de debate: qué trepidante lo que ocurre en el Constitucional, qué relevante si Yolanda es o no, si Sánchez o Feijoo, apasionantes los miserables céntimos de rebaja del pan y la inflación y todo eso. Pero de los jóvenes parados de la vergüenza de nuestras cifras, ni un debate, ni un sonrojo, ni un examen de conciencia. Parece claro que los países, como las personas, están abocados a padecer lo que se merecen.