Loli Escribano

SIN RED

Loli Escribano

Periodista


Elegir el futuro

17/09/2021

Hay palabras, muy pocas, que son bonitas en todos los idiomas, por ejemplo, mariposa. Suena bonita en español y en inglés, butterfly, en francés, papillon, en italiano, farfalla o en portugués, borboleta. Debe ser que la belleza del propio insecto inspiró vocablos lindos. Me encanta la belleza que destila cualquier aspecto o disciplina de la vida. La belleza me atrapa siempre sin pretensión alguna por mi parte. La rueda cíclica de la vida gira y toca ahora pasar por la vuelta a las aulas, ese período bello como la palabra mariposa pronunciada en diferentes idiomas. La etapa escolar nos marca a todos. Nos deja para el resto de nuestra vida recuerdos, amigos, maestros y el conocimiento tan preciado como la belleza de las mariposas y sus vocablos en diferentes lenguas. 
Aunque parece que «los tiempos cambian que es una barbaridad», aunque la era digital nos haga pensar que la educación evoluciona a pasos de gigante; hay algunas cuestiones que se mantienen en el tiempo como un mantra que nos absorbe sin posibilidad alguna de salir de él. ¿FP o Universidad? La formación profesional sigue siendo la opción denostada para los jóvenes. Se sigue contemplando como un recurso de segunda o de tercera cuando en realidad es una oportunidad de incorporar los conocimientos prácticos y teóricos casi al mismo tiempo. Desde que yo era niña se identifica la FP con la palabra fracaso. La sociedad es elitista y vive para la apariencia. Hay muy pocos estudiantes que a los dieciocho años tienen clara su vocación. Muchos de los que no tienen una preferencia definida optan por matricularse en cualquier facultad, aunque no vayan a ejercer nunca esa carrera, aunque tarden diez años en concluirla, aunque no les guste y sepan que no van a disfrutar de su profesión, aunque odien las asignaturas o aunque su incorporación al mercado laboral sea una odisea. Pero frente a todos esos inconvenientes, les alienta el honor de obtener un título que ya no sé si se cuelga en alguna pared o en la nube.
Los ciclos formativos son numerosos y la incorporación al mercado laboral inminente. Son dos ventajas que a menudo se pierden en el fondo de ese mantra social de presumir de un título universitario convertido en garantía de un prestigio como si la titulación de la FP no lo fuera. La formación profesional sigue siendo tan desprestigiada que ha habido algunas titulaciones en algunas provincias que se perdieron porque apenas tenían demanda. Sin embargo, en tiempos de crisis como la de 2008, muchos adultos desempleados se  matricularon para hacer frente a aquellas épocas complicadas en el ámbito laboral. El éxito y el prestigio está en las capacidades que el alumno integre, sea donde sea. Formación Profesional y Universidad deben sonar con la misma belleza que mariposa, butterfly, papillon, farfalla y borboleta.