José Luis Bravo

SOPA DE GUINDILLAS

José Luis Bravo

Periodista


Hágaselo usted mismo

07/09/2020

La oposición y el gobierno de la diputación se enzarzaron ayer en un debate sobre la conveniencia o no de que los ayuntamientos se sumasen con sus recursos a la financiación de las obras de las carreteras provinciales. Aseguran, los que mandan, que es una buena cláusula en las bases de los planes provinciales porque así se podrán adelantar algunas de esas obras si los municipios interesados aforan, siempre voluntariamente, el 30 por ciento de su importe. Replican los socialistas que lo que se va a hacer con esta propuesta es establecer una especie de chantaje según el cual los que no estén en condiciones de aportar sus recursos quedarán discriminados y siempre se abordarán antes las obras de los que tienen mas abultada su cuenta corriente. Lo que está claro, sin duda, es que no es competencia municipal  la mejora de las vías provinciales, que son cosa, inequívocamente, del palacio de la calle Caballeros.
Y aquí es donde yo quería llegar. Dando por sentado que es verdad de la buena que cada uno tiene sus responsabilidades, cabría añadir que es como una tradición en esta provincia asumir competencias impropias desde instituciones a las que no les corresponde hacerlo. Rebusquemos en la historia. Los estudios universitarios que tuvimos el vetusto Colegio Universitario, conocido como CUS, fueron una realidad  por el empeño de un tal Juan Sala de Pablo y la diputación que presidía. Teníamos carreras porque las pagábamos nosotros y tenemos las de la UNED por tres cuartos de los mismo. En el Burgo de Osma hay atención psiquiátrica en la residencia San José pero eso le compete a la Junta, sin duda, pero  para no enrollarme más citaré  el servicio de farmacia del valle del Cidacos, en Villar del Río, que va a depender también, en parte, de aportaciones del vecindario de la comarca a través de sus ayuntamientos y la Mancomunidad de Tierras Altas.
Resumiendo, que parece que no será esta la primera ni la última vez que   se imponga el criterio de ‘hágaselo usted mismo’ si quiere acceder a un servicio que puede resultar imprescindible. Mala costumbre, según mi criterio porque, a este paso  terminaremos buscando apaños para resolver carencias sanitarias, educativas o de infraestructuras que garanticen la supervivencia, sobre todo, del medio rural.
Podría entender, haciendo un esfuerzo, el argumento de que cada ayuntamiento puede hacer con sus recursos lo que le dé la gana y si considera más importante la carretera que el alcantarillado pues adelante con los faroles, pero las competencias están claras, otra cosa es que las que a cada cual le son asignadas lleven acarreada la dotación económica suficiente.