Vidal Maté

Vidal Maté

Periodista especializado en información agraria


Retos del campo y del medio rural

25/04/2019

Los partidos que concurren a las próximas elecciones contienen en sus programas cientos de compromisos dirigidos al votante del sector agrario y del medio rural. En unos casos, los menos, se trata de medidas muy concretas y con un efecto directo inmediato. La mayoría se limitan a grandes compromisos, ambiciosos planes generales que podrían haber estado ya en los programas de las elecciones anteriores y que, seguramente, estarán también en las siguientes.
Sobre la mesa del nuevo Gobierno seguirán las demandas generales, en ocasiones vagas y necesarias para el sector agrario y el medio rural, como digitalización del territorio, medidas de apoyo a la mujer, reforzamiento de la aplicación de la Ley de Titularidad Compartida, la innovación y a la investigación, grandes planes integrales para el sector agrario, por el medioambiente, para la protección de los suelos, de la biodiversidad, plantación de millones de árboles, impulso de las energías alternativas, pacto del agua, el Plan Hidrológico, uso eficiente del agua, Plan de mejora de regadíos como se viene haciendo desde hace décadas, financiación… Pero, además, hay demandas que requieren respuestas más directas.
El futuro Gabinete debe seguir con el reto de las actuales negociaciones en Bruselas para la reforma de la Política Agrícola Común, PAC, donde inicialmente el principal objetivo es mantener los fondos actuales, unos 45.000 millones de euros para un período de siete años entre ayudas directas y para desarrollo rural frente a los recortes propuestos por Bruselas. 
A nivel interior, el objetivo inmediato es elaborar un Plan Estratégico estatal, no autonómico, sobre cómo emplear esos fondos negociados con las Comunidades. Ambas partes deberán llegar a acuerdos importantes, como definir el agricultor genuino destinatario de las ayudas, redistribuir de recursos, modificar el sistema de convergencia de pagos entre territorios, fijar techos de cobro o acometer cómo eliminar los derechos de pago históricos o revisar el sistema de los derechos de pago base.
Desde la perspectiva de los intereses de la producción, eliminados los mecanismos para regular mercados, el sector reclama medidas para lograr una mayor organización de la oferta para la defensa de sus intereses en los mercados, vía potenciación de organizaciones de productores, interprofesionales, la integración en la gestión de cientos de pequeñas cooperativas.
De cara a lograr una mayor rentabilidad de las explotaciones, uno de los retos es lograr un mayor control de los precios de los medios de producción, abonos, semillas, piensos, maquinaria, servicios que en los últimos años han pasado de significar un 30% del valor de la Producción Final Agraria a casi el 50.
Frente al fuerte crecimiento de algunas producciones, ante unos mercados más globalizados con las fronteras abiertas, un reto es la reordenación de sectores con organizaciones agrarias y regiones para afrontar adecuadamente el futuro y prevenir crisis en los mercados.
Para el sector es fundamental una vía directa para la transferencia del conocimiento, pero a pie de cada explotación, tareas de asesoramiento, información sobre laboreo, tratamientos zoo y fitosanitarios, elección de semillas, mercados, etc., asesoramiento que hace medio siglo hacían las Agencias de Extensión Agraria.
Mantener y potenciar los apoyos al seguro agrario es un reto obligado y más ante los mayores riesgos que supone el cambio climático y el objetivo de las aseguradoras de elevar primas que eviten números rojos.
Tras el intento insuficiente del actual Ejecutivo, se debería dar respuesta legislativa contra la venta a pérdidas en la cadena alimentaria y reforzar el peso de la Agencia para evitar pactos o posiciones de dominio de la distribución y de las industrias contra la parte más débil y frenar las posiciones de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia contra el sector.
Insisto en el medio rural. El reto es lograr la permanencia de los jóvenes con ayudas directas, una actividad rentable, servicios básicos equiparables a la ciudad, apoyos vía PAC a quienes, además de ser agricultores vivan en los pueblos y más apoyos directos a la ganadería extensiva. Para mantener y atraer más población se necesita más actividad industrial o de servicios en cada comarca con apoyos a la implantación y medidas fiscales incentivadoras.