Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Un año de dudas

03/08/2021

Se cumple hoy un año de la salida de España del rey emérito Juan Carlos I después de que el desvelamiento de sus presuntas irregularidades fiscales y otros delitos conexos comenzara a suponer un grave perjuicio para la Corona y para el trabajo de su hijo, Felipe VI, por renovar el aire de la institución que había comenzado a aplicar desde el momento en el que asumió la jefatura del Estado.

En este tiempo el rey emérito ha realizado dos regularizaciones fiscales por unos cinco millones de euros con las que sus abogados defensores creen saldadas sus cuentas con la Hacienda pública y por tanto no habría ningún motivo de orden fiscal y penal que impidiera su vuelta a España, sin riesgo de verse sometido a un proceso judicial. Sin embargo, las finanzas de don Juan Carlos siguen siendo investigadas por el fiscal de Ginebra Yves Berzossa, que indaga en la causa del ingreso de 65 millones de euros por parte del rey saudí -comisión por el AVE a La Meca?- que posteriormente donó a su amante Corina Larssen, y por otro lado las ramificaciones de los movimientos económicos de cuentas en paraísos fiscales relacionadas con el monarca, que él niega que sean suyas. Hasta que el fiscal suizo no dé por concluida su investigación -sumada a las periodísticas- no podrán comenzar a despejarse las dudas sobre el futuro del rey emérito, que se encuentra en Abu Dabi.

Porque uno de los principales problemas en torno a la situación actual del rey emérito -del que no se discuten sus aportaciones a la recuperación de la democracia en España- es si no se seguirá produciendo un goteo de informaciones sobre sus asuntos económicos, que aún queden flecos pendientes por desvelar que puedan cambiar su situación fiscal con derivadas judiciales, que no harían sino perjudicar su propia imagen y que sería utilizado para erosionar la de la Monarquía.

La evidencia es que el rey emérito no está investigado o procesado por la justicia suiza ni por la española, ni por la Agencia Tributaria, lo que lleva a que se generen más dudas. Una: si ha recibido trato de favor por parte de la Fiscalía del Tribunal Supremo o por parte de Hacienda que ha permitido que realizara fuera de tiempo dos regularizaciones fiscales, con la derivada sobre el origen de los fondos para la segunda regularización por 4,3 millones de euros, previsiblemente aportados por sus amigos personales. Dos: sobre las consecuencias de la tardanza de estas instituciones en resolver la situación de Juan Carlos I, una vez saldadas sus cuentas con el fisco, y si ello tiene que ver con alguna maniobra política dada la dependencia de ambas del Gobierno y que se esté estudiando cuál da el primer paso exculpatorio si no aparecen nuevos indicios de presuntos delitos. O que la intención sea la de retrasar su posible vuelta a España en busca del momento adecuado, pactado, como su salida, entre La Zarzuela y La Moncloa, si su estado de salud permite mantener la espera. .

El rey emérito ha manifestado de forma reiterada sus deseos de volver a España lo antes posible y hacerlo a su residencia oficial en el palacio de La Zarzuela, lo que generaría nuevos problemas. En algún momento en el año transcurrido desde su salida esa posibilidad pareció estar más cercana, pero ha vuelto a alejarse y Don Juan Carlos inicia el año II de su ¿exilio?