Ignacio Fernández

Ignacio Fernández

Periodista


E Mobile

11/04/2019

“La donna è mobile

qual piuma al vento,

muta d'accento e di pensiero.” (Rigoletto)

 

La fidelidad del electorado español es relativa, pero desde luego lo que es absoluta es la indecisión que dice sentir cerca de la mitad del electorado joven, cuyo voto estaría en el alero según el CIS. Los sociólogos están constatando que ciertos segmentos del electorado deciden a última hora con qué papeleta quedarse, lo que da a las encuestas un valor relativo y a la campaña una dimensión de absoluta pertinencia. Vamos, que más de uno se la juega al último minuto y con opción a VAR.

En realidad todos llegamos con la lengua fuera, exhaustos tras un atracón de meses electorales de duración exponencial. Fatigoso lenitivo para un producto como éste, tan vacuo e impostado, tan maniqueo o poco sofisticado, que se diría que sólo podemos consumirlo desde una actitud vicaria y menestral. Hay que simplificar mucho, en efecto, el cacumen, para deglutir los mensajes de campaña, con ésa división del mundo en dos mitades, la de los que aciertan (los nuestros) y los que se equivocan (todos los demás).

Lamentablemente, subsiste una porción de voto suficientemente grande como para que la campaña acabe teniendo su importancia y eso hace del periodo que principia esta noche algo de dimensión notable para el futuro de España. Llevamos cuatro años sumidos en la yenka más estéril que se recuerda y todo indica que lo que necesitamos ahora son gobiernos sólidos y no endebles.

Así que entre quienes votaron una cosa y ahora no saben si votar lo mismo y cambiar y aquéllos otros que de saque no saben qué hacer, un cuarenta por ciento de indecisos determinan que esta campaña sea no sólo decisiva sino trascendental para nuestro país. Seguimos jugándonosla y cada vez quedan menos balas en el tambor.