Se hace obligado saludar a nuestros lectores que nos soportarán otra temporada en este nuestro periódico El Dia de Soria, foro libre donde se hace periodismo y nos dejan expresarnos libremente haciendo gala de entender para qué sirve la prensa y no para quiénes puede servir como ocurre con demasiada frecuencia. 
Me pilla esta semana de septiembre fuera de nuestra Soria y desde la distancia me viene una reflexión a la cabeza: la diferencia en la manera de ser de los sorianos que permanecen en la provincia y aquellos de la diáspora. La gente que nos encontramos fuera de Soria, emigrantes casi siempre obligados a abandonar su tierra por motivos económicos y de subsistencia son gente emprendedora, trabajadora y que han sabido triunfar en sus negocios o en sus empleos. Gente que no se han parado a lamentarse de sus situaciones y que las han afrontado con la esperanza del éxito ye el convencimiento de que solo ellos podrían ser los protagonistas de sus vidas. Son muchos los emigrantes que han triunfado en todos los ámbitos de la vida y miremos a la profesión o comercio que miremos encontraremos a un soriano exitoso: fundadores de empresas como las clínicas Quirón, los súper mexicanos de La Soriana...
Digo todo esto porque creo que nos falta creer en nosotros mismos, convencimiento de que la solución está en los sorianos y no en un improbable ‘maná’ que nos caerá del cielo en forma de subvenciones e inversiones. El ejemplo lo tenemos en nuestra ciudad, con esfuerzo y tesón, manejando los presupuestos propios se ha cambiado la fisonomía de la ciudad y se ha hecho una ciudad más habitable y mas humana, recuperando espacios como el río, nuestras murallas y sobre todo la ilusión de los ciudadanos y ciudadanas sorianos. Es el momento de creer en nosotros mismos y mirar al futuro para que nuestros hijos funden prósperos negocios o sean brillantes en sus oficios, pero dentro de Soria, que no se engorde la diáspora soriana.