Diego Izco

TIEMPO MUERTO

Diego Izco

Periodista especializado en información deportiva


Riesgo

23/05/2020

Dejémoslo en Riesgo aunque el título correcto sería El peligro de mirar sólo hacia adelante y darte cuenta, demasiado tarde, de que no había retaguardia. Una táctica infame en cualquiera de aquellas batallas glosadas en los libros de historia, cuando se combatía a pie o a caballo y no había aviones ni tanques. Ni dragones. No mandabas a tus mejores hombres en primera línea ni gastabas todas tus energías en percutir y percutir: guardabas a algunos en segunda línea o los reservabas para labores defensivas por si todo lo planificado en ataque salía mal y, oh, Dios mío, había que echar balones fuera. Y si se fijan, poco a poco va desapareciendo el lenguaje bélico y apareciendo el futbolístico, porque todos los grandes generales en batalla y los grandes entrenadores sobre la pizarra han buscado históricamente lo mismo: equilibrio. Un plan B por si falla el A y varios planes más por si los anteriores hacen aguas.

Por todo lo anterior, cuando el aficionado del Barça lee que Pjanic y Lautaro están apalabrados, una mezcla de alegría y preocupación le recorre el espinazo. Dos enormes futbolistas, otros dos que miran hacia adelante. Todavía no ha sonado un central (varios años con la misma historia, con los ejemplos de Mina, Jeison o Todibo en la mente), todavía sin pivote defensivo, el músculo del equilibrio, a la espera de que llegue la temporada en que Sergio Busquets no esté ni para 60 minutos. ¡Y aún se sueña con Neymar! Supongo que Quique Setién estará ya pensando en un sistema revolucionario, un 3-1-6 para que jueguen todos los guapos que están (Messi, Suárez, Griezmann, Dembelé, Lautaro y Ney… ¡Y Ansu Fati!), Pjanic de enganche y De Jong de central. Mi culé de cabecera sospecha que hace tiempo que al Barça lo planifica el enemigo…