Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Más allá de la información

01/05/2021

Más allá de las noticias que vemos, escuchamos o leemos en la seguridad de nuestras casas y despachos, hay un trabajo en el que intervienen gestores, técnicos, publicitarios … y periodistas. Sin estos últimos no existirían los restantes; sin noticias, sin análisis, sin la obligada documentación, no existirían periódicos, revistas ni informativos audiovisuales.

Acaban de morir tres periodistas en acto de servicio, dos españoles y un irlandés, cuyos nombres deben ser difundidos porque merecen un puesto de honor en la profesión, Roberto Fraile, David Beriáin y Rory Young. Se habían desplazado a Burkina Fasso, zona “caliente” africana, donde actúan yihadistas, gente sin escrúpulos que viven del pillaje … y cazadores furtivos que buscan especies protegidas para zoólógicos, más los colmillos de elefante que venden a precio de oro, o más bien de marfil, en los mercados nacionales e internacionales.

Los periodistas iban incrustados en un convoy de una organización que se dedica precisamente a localizar, detener y denunciar a los furtivos, y que fue atacado por un comando sobre cuya identidad y objetivos trabajan actualmente los servicios de información que operan en el Sahel, la inmensa zona africana que empezó siendo refugio de algunas de las más mortíferas franquicias de AlQaeda y otras siglas del terrorismo yihadista, a las que se sumaron bandidos de la peor calaña que no hacen ascos al asesinato y la tortura.

Beriáin y Fraile no eran nuevos en ese tipo de trabajo. Se han dejado la piel, y ahora la vida, por conseguir noticias de primera mano, para ser testigos directos de lo que ocurre en escenarios más oscuros. No querían que nadie se lo contara, preferían verlo ellos mismos, con sus propios ojos, para que nadie tergiversara verdades como puños.

En los últimos años han muerto doce periodistas españoles haciendo su trabajo en frentes de batalla, en ciudades cercadas por el enemigo y en pueblos asolados por fanáticos terroristas. Otros tantos más han sido secuestrados y torturados, y la mayoría de ellos ha regresado al frente de batalla tras unas semanas de tranquilidad familiar para reponerse. Algunos periodistas son redactores de medios que se ocupan de asegurarlos y dotarles de los medios económicos necesarios para moverse; aún así no siempre escapan a convertirse en noticia por su desaparición o muerte. Otros en cambio son freelance que en la mayoría de los casos ni reciben adelanto por el trabajo que van a realizar ni siquiera saben si podrán “colocar” sus reportajes. Pocas veces bien pagados. Sin embargo les puede su pasión por la noticia, pasión por la denuncia y pasión por una profesión hoy atacada por los enemigos de la libertad.

Periodismo es contar una historia y estar donde se produce, sea donde sea y se asuma el riesgo que se asuma. Es lo que hacían Beriáin y Fraile, y han hecho y siguen haciendo tantos otros. Contar la verdad siempre tiene un coste, siempre. A veces, la vida.