Jesús de Lózar

Jesús de Lózar


Mi 23-F

27/02/2021

A mí el 23F me pilla trabajando en la Cámara de Comercio. Con 28 años. Era el director de algo nuevo, el Gabinete de Asesoramiento Comercial. Había llegado el 1 de diciembre contratado pese a mi lenguaje marxistizante (sic). Ocupo el despacho utilizado por el Secretario General de FOES, Miguel Ángel Jiménez, muy poco antes de trasladarse al edificio de Sindicatos. Qué tiempos aquellos, tan lejos de los actuales donde la colaboración brilla por su ausencia. A primera hora de la tarde, José Miguel Sierra Vigil, un amigo ingeniero de montes afiliado a ARDE me llama y me dice, anda, pon la radio que han dado un golpe de Estado. Incredulidad al principio y después todo lo demás.  Momento estelar de Manuel Núñez Encabo, diputado por Soria. 
Pilar y los niños están en Madrid, Miguel tiene cuatro años y Alicia acaba de cumplir tres meses, esa mañana han ido al médico, diagnóstico bronquiolitis, receta masajes con vahos. Se encierran los tres en el baño con canciones, música y vapores, así que su madre no se puede enterar de nada. No oye ninguna llamada. Sí, desde Pozuelo la de la madre de Manuel Estrada, que esa noche se queda a dormir en Ponzano.
A la espera de compartir piso, residía en la Casa Diocesana donde no sé si seguirá la tradición pero todos los jueves venía a comer desde El Burgo el Sr. Obispo. Allí hice buenas migas con Juanjo Martín Alonso, estudiante de Magisterio que acabó en la cárcel trabajando como funcionario de prisiones. Después de cenar nos subimos a las once de la noche desde la calle de San Juan, junto a la plaza Mayor, hasta las casas del Cinca, donde vivía José Miguel. No nos encontramos a nadie en la calle, hacía frío, pero no para tanto, bien es cierto que un lunes no es un día o una noche de mucho salir, pero a esa hora siempre te encontrabas con alguien.  Más solos que la una, pertrechados eso sí con una botella de Torres 10, no Torres 5 por favor, aunque muy lejos del 1866 del Garrido de nuestra perdición. Esperamos el discurso del Rey hasta pasada la una de la madrugada y después de la correspondiente cháchara y hacer uso del Torres para combatir el frío espantoso de la casa nos quedamos a dormir allí, decidiendo ir a vivir juntos los tres de una vez, lo que hicimos muy pronto cerca de la misma Casa Diocesana, en la calle de las Fuentes. 
El 26 de febrero, Jueves Lardero en La Rumba, con chorizo, huevo y vino de Ricla. El viernes manifestación a las siete y media de la tarde convocados por UCD, PSOE, PCE, AP, CCOO, UGT y USO. 
Sigo trabajando en la Cámara. Prochino, maoísta, del pensamiento al buen tun tún. Militante de una organización marxista-leninista, de un grupúsculo más bien,  miembro de su dirección, responsable de su aparato de propaganda, candidato por el Frente Democrático de Izquierdas en 1977. El 28 de octubre de 1982 se celebran elecciones generales. Para los no versados los 'm-l', léase emeeles, éramos enemigos acérrimos de los revisionistas del PCE y de los desviacionistas troskistas. La Liga Comunista Revolucionaria se presentaba a las elecciones en toda España pero en Soria no tenían a nadie que les representara. Manolo Garí Ramos y Jaime Pastor Verdú me pidieron ese favor. Así es que un (ex)emele fue el representante de los troskos en la Junta Electoral de Soria. Según el secretario general, no era propio de un funcionario de la Cámara. Pero orgulloso por lo que de (re)afirmación democrática suponía. Como ir a las once de la noche el 23F desde el centro de Soria hasta las casas del Cinca. Sin encontrarnos a nadie.