Javier Santamarina

LA LÍNEA GRIS

Javier Santamarina


Depredador

07/05/2021

Cuando se es un fiel seguidor de la todopoderosa liga de futbol americano, la percepción sobre la sociedad americana cambia. Es un deporte maravilloso, con múltiples reglas y donde el equipo se impone sobre el individuo; aunque Tom Brady en la última temporada ha debilitado la teoría.

Hace un tiempo un periodista norteamericano, al reflexionar sobre este deporte, recalcó su carácter violento y espíritu colectivo. Es indudable que físicamente es exigente y que por principio, excluye aquellas personas cuyas dimensiones son convencionales; pero el resto podrá disfrutar viendo el partido con unas alitas de pollo y una cerveza. Por cierto, nadie se ha percatado del espectacular incremento de las lesiones graves en las extremidades inferiores de las chicas jóvenes al practicar el soccer, el futbol europeo. Se ve que el gusto por la opacidad del dato no solo se circunscribe a los amantes de las armas de fuego.

El deporte es la expresión máxima de la meritocracia. Algunos dirán que el sacrificio es fundamental, pero a nivel profesional, mucho me temo, que todos se esfuerzan y el corte se apoya en una habilidad natural. Esta generosa visión elude un elemento fundamental que es la suerte. Las lesiones o el azar pueden dar resultados distintos. Lo dicho explica por qué las mejores universidades norteamericanas han apostado por el Lacrosse y el golf como deporte de acceso a su exclusivo entorno.

La integración de los negros en todos los ámbitos deportivos confirma que el racismo estructural es nulo en Estados Unidos. Sería más efectivo defender la familia tradicional y que los hijos conozcan al padre. La libertad educativa y el tesón individual son buenos compañeros de viaje, pero necesitan un entorno seguro. Aquí es donde la policía y su presencia es necesaria.

El drama es que los dirigentes negros apoyan políticas económicas que consolidan la pobreza de la comunidad que pretenden servir. Los blancos pobres han seguido esa veta pero sin el escape del deporte como salto social. No hay atajos para la pobreza salvo el esfuerzo personal y no siempre. Es cómodo echar la culpa al sistema, ya que diluye nuestros errores. Una sociedad sana cumple la ley, protege la propiedad privada y respeta la dignidad humana, sin valorar los estudios que tengas o el trabajo que realices. La industria audiovisual norteamericana entiende la violencia como respuesta a supuestas injusticias pasadas. Alimentar la anarquía, promover el odio, reflejan a una sociedad que no quiere hacerse adulta. Las instituciones nos protegen.