Diego Izco

TIEMPO MUERTO

Diego Izco

Periodista especializado en información deportiva


Koke

23/11/2020

Aunque ya nos hayamos acostumbrado a él, aunque ya no sea el canterano recién aterrizado con todo el fútbol en su cabeza, el apellidado Resurrección Merodio (nombre destinado al cuerpo de un árbitro y no al de un mediocentro), nos sigue llamando poderosamente la atención que un tipo de culo bajo y pecho ancho abarque tanto espacio, aparezca perpetuamente desmarcado y en cualquier parte del campo y juegue cada pelota con tanta serenidad y criterio.

Hace poco, anteayer como quien dice, el fútbol español miraba con enormes expectativas la irrupción de jóvenes talentos en el centro del campo en esa época (alrededor de 2012) en la que Xavi e Iniesta se nos iban 'marchando' poco a poco del césped. Y de alguna forma el fiasco casi continuado de la selección en el ciclo 14-18 marcó a esa generación a la que tildamos de «incapaz de recoger el testigo» de quienes nos habían llevado a la gloria. Koke estaba en medio de esa crítica vaga y hasta cierto punto injusta.

El 'seis' atlético, además, ha sido durante un tiempo víctima ese extraño proceso de reinvención de Simeone, quien después de reventar la banca en 2014 ganando la Liga y de asomarse a dos finales de la Liga de Campeones, pecó de vértigo y renunció a instalarse en otros estilos y planteamientos que le asentaran en la elite: el bajón rojiblanco fue el bajón de todos, incluyendo al capitán, arrasado por la crítica de su propia afición, por las incoherencias de un estilo que no explotaba, por sus propias dudas… Como si todo hubiese perdido sentido, como si no encontrase ni el toque ni ese don de la ubicuidad.

Teniendo en cuenta los malos tragos de este pasado reciente, da mucho gusto verle llevar el timón de un Atlético favorito y de una España que se regenera. Koke, a sus 28 años, está (otra vez) en su mejor momento.

ARCHIVADO EN: Koke, Banca, España