Rafael Monje

DE SIETE EN SIETE

Rafael Monje

Periodista


‘Niño, niña, niñe’

21/04/2021

Aunque a estas alturas ya nada debería sorprendernos, asistimos con perplejidad a una reiterada vuelta de tuerca inducida y artificial en el que determinados políticos recalcitrantes buscan impactos mediáticos a costa de cualquier estupidez. En este caso, nuevamente lo consigue la ministra de Igualdad, Irene Montero, en plena campaña electoral madrileña.

Por si no han tenido ocasión de escucharlo, la ministra participó en un acto de precampaña de su partido y, en un alarde de lenguaje inclusivo posmoderno, habló de ‘niño, niña, niñe’, ‘hijo, hija, hije’ y ‘escuchados, escuchadas, escuchades’, entre otras lindezas. Como lo leen. No es broma, ni mucho menos.

Me acordé enseguida de la diputada socialista Carmen Romero, allá por finales de la década de los 90, cuando hizo famoso aquello de ‘jóvenes y jóvenas’. Ese error abrió la veda y los primeros pasos de ese lenguaje forzado que marcaron todo un camino hacia la estulticia. Tuvimos una egregia representante de la majadería lingüística en la era Zapatero, con la entonces ministra de Igualdad -será una coincidencia-, Bibiana Aído, quien habló de ‘miembros y miembras’ sin despeinarse y con una leve sonrisa en la que se podía leer: ‘Estos pringados no van a hablar de otra cosa estos días’.

Está claro que las estupideces calan mucho más que los argumentos construidos con esfuerzo y conocimiento. A las puertas del que, probablemente, sea el mayor aumento de la presión fiscal en todas sus manifestaciones de la historia de España, da miedo pensar en el destino del presupuesto que tiene para este año el Ministerio de Igualdad y que, por cierto, ha crecido hasta superar los 451 millones, un 157% más que el anterior.

Flaco favor hace la ministra al colectivo de personas cuya identidad sexual no coincide con su identidad de género o que reencuentran en un proceso de definición personal que puede que no termine nunca pero que necesita una cobertura y una seguridad jurídica. El colectivo LGTBIQ+ ha intentado aglutinar todas las opciones posibles, desde las más conocidas, como lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales hasta ‘queer’ y las todavía no precisadas, que se articulan en torno a ese signo más final. Todas esas personas necesitan seguridad y comprensión social, que no se consigue con majaderías lingüísticas retorcidas e innecesarias para que alguna cámara se pose por casualidad sobre la imagen hierática de un Pablo Iglesias que ya se ha dado cuenta de haber cometido el error de su vida.