Cuando, siendo crío, le planteaba a mi padre algún problema para el que no veía solución alguna me contestaba  con un chascarrillo muy suyo, ‘pues quítate los zapatos y échate a llorar’. Era, está claro una manera irónica de decirme que lo peor es no hacer nada y la del llanto y la inacción es la peor de las soluciones. Lo que pasa es que, para buscar salida a las situaciones más complejas, es preciso tener al menos un punto en el horizonte, una luz al final del túnel que nos marque el camino a seguir. Por esa razón es tan importante que, de vez  en cuando, haya alguien que aporte una micra de optimismo y nos anime a volver a calzarnos, sonarnos los mocos y ponernos en marcha.
La pandemia nos está aleccionado en esta materia. Más del 99 por ciento de los comentarios, noticias, informes y demás, que  hacemos públicos los medios a diario, preludian nuevas desgracias ya sean sanitarias , sociales o económicas, cuando no directamente un Apocalipsis. Sólo algún optimista recuerda de vez en cuando que no ha sido esta la primera pandemia que vive el mundo y que de todas se ha salido, y más ahora en la que la ciencia ya está a punto de poner sobre la mesa soluciones en forma de esa vacuna que esperamos con impaciencia y ya con medicación que atenúa mucho el paso por la enfermedad de los contagiados.
El caso es que tras ver conocer la noticias de cada día, parecería que hay pocos elementos para la esperanza. También que lo que nos mola a los periodistas es ser cronistas de hecatombes. Pero siempre hay alguien que se distancia entre nuestros habituales entrevistados y en este caso hemos encontrado algunos. Por ejemplo el alcalde de Soria, Carlos Martínez y también el Director Médico del Hospital, Javier Iglesias. Ambos, sobre todo el primero prefiere ver la botella medio llena porque los datos de nuevos contagios hay que matizarlos. Se hacen más pruebas y aparecen muchos contagiados pero pocos casos graves, incluso un número significativo de asintomáticos. El sistema sanitario aguanta bien, llevamos casi dos meses sin muertos por covid y además los ya contagiados se supone que crean anticuerpos y por tanto pasan a formar parte de eso que se llama ‘rebaño inmune’.  
Naturalmente, sobre todo Carlos Martínez, reconoce que pudiera ser que esté confundiendo lo deseos con la realidad y a renglón seguido insiste en la falta que hace un refuerzo sanitario en Soria y una concienciación de los ciudadanos para evitar rebrotes. 
Así que, visto lo visto, me subiré al carro de los ilusos, porque en el de los timoratos ya no cabe más gente.