Silvia Garrote

JALÓN POR LA VEGA

Silvia Garrote

Periodista


Me quedo con Sauron

13/04/2019

Empiezo a pensar que un ser superior o energía cósmica no quiere que hable de las elecciones venideras. Cada vez que voy a ello, un grupo de físicos, científicos o astrónomos consigue alguna proeza de esas que ahora mismo no parece más que un experimento chiflado, pero que seguramente cambiará el curso de la historia. Recientemente ocurría con el electrón que avanzaba hacia el pasado. Un grupo internacional de científicos lograba retorcer, aunque fuera mínimamente, la segunda ley de la Termodinámica, esa que dice que el tiempo fluye en una dirección, desde el pasado hacia el futuro. Evidentemente, el asunto es mucho más complejo que lo que yo les he resumido, pero no deja de ser el principio del porvenir. Yo de pequeña soñaba con que algún día veríamos en una pantalla a la persona que nos llamaba por teléfono. Lo que nos queda por ver resulta realmente estimulante.
Eso ocurrió hace unos días, y ahora precisamente les quería comentar las ocurrencias cada vez más estrambóticas de nuestros políticos, y eso que, aunque no se lo crean, la campaña electoral no ha comenzado hasta hoy mismo; pero hete aquí que me topo de nuevo con la ciencia. Un grupo internacional formado por más de 200 científicos de todo el mundo han logrado la primera imagen de un agujero negro, un gigante punto oscuro con un halo naranja alrededor, como un enorme Ojo de Sauron que no para de crecer porque va engullendo todo lo que se le acerca y cuya densidad atrapa incluso la luz. Einstein ya predijo la existencia de los agujeros negros con su Teoría de la Relatividad, aunque nunca se lo creyó del todo. Ahora alucinaría ante la primera imagen que se capta de uno de ellos, aunque esté en la lejana galaxia Messier 87, a 55 millones de años luz de La Tierra, y también que sus teorías están siendo asombrosamente corroboradas. Lo fascinante de esta primera imagen, que ha costado dos años ‘revelar’, es que se ha logrado mediante la colaboración internacional de telescopios en red (incluido uno en España, en Sierra Nevada) y la traducción de los datos obtenidos por docenas de ingenieros informáticos y astrónomos en todo el planeta. Y también que abre la puerta al conocimiento más profundo de estos gigantes, en los que no rigen las leyes de la física, y permitirá hacer pruebas de la Teoría de la Relatividad que aún no se han podido realizar. Estamos en puertas de conocer también el gran agujero negro de nuestra propia galaxia, otro enorme hito que aparecerá en los libros de texto.
Y mientras todo eso ocurre ahí fuera, merced a los avances de la astronomía, de las matemáticas, de la informática, de la física y de la colaboración entre países, aquí abajo, el mundanal ruido entre los partidos políticos por hacerse con un pedazo de poder, o por mantenerlo, resulta ensordecedor. Respondiendo a una teoría relativa, cuantas más burradas dice un líder de un partido, más bestialidades se atreven a decir sus afines. La falta de complejos de la que alardean algunos no es más que ausencia total de sentido común, de humanidad y de empatía. Me tengo que lavar los oídos con jabón cuando escucho a algunos decir que tienen razón los que piden que podamos tener un arma en casa para defendernos si nos atacan. Piénselo un momento. Imagine por un instante a la mayoría de las personas que conoce con un arma en su casa. ¿No sería mejor que nos engullera Sauron?