Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


De héroe a villano

20/01/2020

Cuentan que hay comercios en el que ya no puede hacer la compra la mujer de Trapero, lo que debe ser muy duro para Sonia pues como Mayor de los Mossos su marido tenía una aureola de héroe que se acrecentó cuando fue destituido a finales de octubre del 17. El mes del referéndum ilegal, el polémico discurso del Rey, la aprobación del 155 y la fuga de Puigdemont. Meses después Quim Torra, recién elegido presidente de la Generalitat, le ofreció nuevamente la dirección de los Mossos, que rechazó, como rechazó cargos relevantes en la policía autonómica y figurar en la lista de Junts como independiente.

José Luis Trapero–o Josep Lluis- nunca fue independentista aunque estaba a las órdenes de un gobierno independentista. Colocó en lo más alto el prestigio de los Mossos, pero su consideración de héroe se vino abajo cuando compareció como testigo ante el Tribunal Supremo que juzgada a los líderes del llamado Procés. Trapero, al contrario que otros testigos, no se negó a prestar declaración. Y ahí empezó su declive, ahí pasó de héroe a villano por parte de los independentistas más radicales, los pata negra, los que no aceptan ninguna posición que la que ellos defienden.

En esa comparecencia Trapero explicó que no estaba a favor del referéndum y que siempre cumplió las órdenes de sus mandos políticos; les advirtió que la celebración del referéndum ilegal podía provocar violencia, y afirmó que tenía preparada la operación de detención del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, para el caso de que recibiera la orden de Pérez de los Cobos, el coronel que el gobierno de Rajoy había enviado a Cataluña para coordinar la respuesta de las distintas fuerzas del orden a la celebración del referéndum.

Este lunes comienza el juicio de Trapero en la Audiencia Nacional, que llevará nuevamente a primer plano las acciones de los independentistas aquel convulso mes de octubre, cuando no se ponían límites para alcanzar sus objetivos. Se produce en un momento política y judicialmente muy complicado: con un gobierno convencido de que el desafío independentista se desarticula con la aceptación de la mayoría de sus exigencias –que además garantizan el apoyo a ese gobierno- , Torra inhabilitado como presidente pero que continúa en el cargo, Puigdemont con escaño en el Parlamento Europeo y un proceso abierto sobre su inmunidad, y una desconfianza generalizada hacia la administración de Justicia, por las presiones del gobierno a los tribunales que deciden sobre causas relacionadas con dirigentes independentistas.

Todos los ojos estarán centrados en las declaraciones del exMayor, una de las figuras más admiradas de Cataluña por su profesionalidad y por la defensa a ultranza de sus subordinados. La admiración se trocó en ira cuando dijo su verdad en el Tribunal Supremo. Las semanas próximas previsiblemente se mantendrá en esa verdad, lo que podría incidir directamente en los planes de Pedro Sánchez de tratar con guante blanco a los líderes del Procés.