José Luis Bravo

SOPA DE GUINDILLAS

José Luis Bravo

Periodista


El burro y su zanahoria

25/04/2021

A estas alturas del siglo XXI, debería ser prescindible, innecesaria, cualquier argumentación en defensa de la tesis de que la ignorancia está en la base del control social. En todos los ámbitos y en todos los países, sean a o no desarrollados. Eso no quiere decir que, de 10.000 años a esta parte no hayan cambiado los métodos. Obviamente sí. Pero desde que alguien fue investido por su propia tribu con el poder de interpretar la voluntad de los dioses, hasta nuestros días, se podría decir que han cambiado más esos dioses que los hombres que los veneran y hacen sacrificios para obtener su favor.
No hay enciclopedia, digital o en papel, capaz de recoger el nombre de todas las divinidades que el hombre ha creado. La lista es infinita, y las historias sobre cada ser supremo, un catálogo de leyendas y poderes de lo más variopinto. Sólo una característica común los asemeja. Todos, sin excepción han sido herramienta para que una etnia, un reino, un país o un imperio, puedan ser controlados con un pensamiento único en el que se prioriza el reconocimiento de una jerarquía alcanzada por derechos de sangre, por su poder guerrero o por el más actual, el del dinero, que hace factible cualquiera de los anteriores.
En la vieja Hispania y en todo el orbe occidental, los púlpitos han cedido gran parte de su capacidad de control a los medios de comunicación y cada vez más a las redes sociales. Estas últimas son más demoledoras incluso que la nefasta Inquisición, estigma de la España renacentista con la que nos señalan quienes prefieren ignorar que en su país también se despedazó a los que no pensaban igual que la élite dominante.
Traigo a colación estas líneas para sustentar mi teoría, difícil de argumentar en tan poco hueco, sobre la verdadera libertad, cuya naturaleza ignoro porque cada vez estoy más lejos de creer en su existencia. Somos hijos de nuestras circunstancias y la sobreabundancia de información no está mejorando esa condición. Siempre hay alguien detrás del libro sagrado que nos inspira y no hablo de biblias, coranes o torahs.
En Soria, sin ir más lejos, vemos como se desborda el entusiasmo en torno a proyectos aún por definir como el Aeroparque, cunde la indignación por la urbanización del Cerro de los Moros, que tres lustros atrás fue denunciada sin efecto alguno a una sociedad que ignoró lo que ahora tiene difícil remedio, o se nos parte el alma con las cifras demográficas. Estos y docenas de casos más son manejados por gobernantes y opositores en función de un solo interés. Mantener el poder o asaltarlo ofreciéndonos paraísos que perseguimos como el burro a esa zanahoria que le permite ignorar el palo que le golpea.