Editorial

Cómo convencer a la mitad de la población de que la vacuna es segura

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La compleja logística para la vacunación de la covid-19 en España parece ya completamente definida, tanto que ayer Pedro Sánchez presumió de que, junto a Alemania, seremos el primer país europeo en tenerlo todo preparado. Tras su participación en la cumbre telemática del G-20, donde precisamente se acordó el acceso universal de la vacuna, el presidente del Gobierno adelantó los puntos clave del plan de inmunización que se presentará en el Consejo de Ministros del martes. Se pondrá en marcha en enero de 2021, habrá 13.000 puntos de administración y una «parte sustancial de la población» recibirá las dosis precisas durante el primer semestre del próximo año. 

Tranquiliza mucho saber también que la intención en este caso es que no haya tantas estrategias como comunidades autónomas, sino solo una. Sin embargo, el presidente no despejó una de las dudas que más inquietan ahora a la comunidad científica y a la mitad de la población: cómo convencer a la otra mitad de que las vacunas que se aprueben serán seguras. Este virus se ha revelado tan buen estratega que para sobrevivir hasta ha inoculado en el debate público la desconfianza hacia la medicina que pretende erradicarlo. Que el 47% de la ciudadanía sea reticente a vacunarse puede poner en peligro la inmunización y mantener activa la línea de contagio. 

La carrera por encontrar la vacuna contra el coronavirus está suponiendo un esfuerzo de la comunidad científica a escala mundial inédito en la historia de la humanidad. Nunca antes había habido una concentración de conocimiento y de recursos tan importante y en tan poco tiempo. Dado el acelerado calendario de las farmacéuticas en esta carrera, el proceso de autorización de las agencias reguladoras de medicamentos debe ser completamente transparente para infundir la necesaria confianza en que no se tomaron atajos. 

Es evidente que en los anuncios sobre las diferentes vacunas y su eficacia hay grandes dosis de marketing y batallas comerciales entre empresas para ganar cuotas de un mercado muy suculento. Tampoco se pueden obviar los intereses de las grandes potencias en cuanto a geopolítica internacional, pero ninguna de estas evidencias contradice la más importante de todas: que se están obteniendo grandes resultados en tiempo récord. 

Una dosis que permanezca en el vial será 0% eficaz, independientemente de lo que digan los resultados de los ensayos clínicos. Por lo tanto, a partir de ahora es fundamental convencer a creídos y descreídos que los beneficios de la vacuna superan con creces cualquier riesgo. Porque, de lo contrario, lo siguiente inexorablemente pasará por abrir el enconado y peligroso debate ético y legal que ya asoma en el horizonte sobre la conveniencia de la obligatoriedad de la vacunación.