Antonio Casado

CRÓNICA PERSONAL

Antonio Casado

Periodista especializado en información política y parlamentaria


La unidad malograda

13/05/2020

La sesión de control del miércoles en el Congreso confirmó el diálogo de sordos entre los dos partidos de la centralidad. Incluso con desbordamiento del legítimo contraste de posiciones. Por ejemplo, esta pedrada de la portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, contra Carmen Calvo, vicepresidenta del Gobierno: "Su negligencia se mide en miles de vidas rotas".

En la boca del presidente del Gobierno se acumularon los llamamientos a la unidad contra el coronavirus. Y en la de Pablo Casado se escuchó alto y claro que el PP se prepara para convertir el ruido de las cacerolas en la canción del verano, elevando a definitivo su rechazo a los planes del Gobierno sobre el retorno a la llamada "nueva normalidad".

"Le pido que abandone la confrontación y se sume a la tarea de salvar vidas", le pidió Sánchez. Pero su ruego cayó en saco roto, veinticuatro horas después de que Casado hubiera hecho público un plan alternativo. Mala noticia. Supone un punto de no retorno que condena a la confrontación a las dos primeras fuerzas del arco representativo, con grave daño al interés general comprometido por una crisis sanitaria que no reconoce diferencias ideológicas ni preferencias electorales.

El nuevo grito de guerra del PP es "Activemos España". Así certifica su desmarque del Gobierno, tras la presentación en sociedad de un plan B que propone medidas alternativas en los terrenos sanitario, económico y legislativo, advirtiendo al tiempo de que ya nunca volverá a votar "sí" o "abs" a una muy probable nueva prórroga del estado de alarma. Que podría ser de un mes, según los tanteos del mando único. No está decidido, pero es una opción. Estaremos atentos a la pantalla, pero no veo cómo puede ser efectivo un mes de semi-confinamiento (o semi-desescalada, según se mire), sin hundir un poco más el sistema productivo, lo cual anticipa más paro y, por tanto, indeseables escenarios de pobreza y hambre entre la población.

Sea esa o u otra la modalidad del estado de alarma prolongado (Sánchez dice que ahora será "distinto"), tendrá enfrente al PP, en insólito amontonamiento con el cerrilismo de Abascal y el de Torra (al Gobierno, ni agua, por distintas razones). Se avecina una nueva prueba de supervivencia para el Gobierno de coalición PSOE-UP, que sigue braceando para evitar que el coronavirus acabe siendo su tumba política. Confía en que el espíritu de su reciente pacto con patronal y sindicatos se contagie a la comisión parlamentaria para la reconstrucción económica y social, que acaba de echar a andar en el Congreso.

Pero ahí volverán a chocar los dos relatos enfrentados. Uno sostiene que la victoria contra la COVID-19 se habrá conseguido gracias a Sánchez. El otro sostiene que será a pesar de Sánchez.