Ignacio Fernández

Ignacio Fernández

Periodista


Pcr's

19/11/2020

Me confieso incapaz de interpretar la industria sanitaria. Los estándares de las empresas «normales» no son apropiados para cuantificarlas ni para evaluarlas. La condición de cotizadas de muchas de ellas distorsiona el juego de las expectativas en relación con la salud. Y, desde luego, me parecen poco eficientes en la fijación de los precios, porque intervienen factores de dinero público, de un lado, y de exclusivismo en la oferta, por otro, que no ayudan precisamente a que el precio final sea lo que suele ser, un reflejo de los costes, incluidos los de oportunidad.
Por eso no he sido capaz todavía (y mira que lo he preguntado veces) de entender por qué razón una PCR cuesta 140 euros «por lo privado». Como tampoco entiendo la insistencia -incluidos los partidos politicos- en rebajar el precio de las mascarillas vía menores impuestos y el silencio sobre el desproporcionado coste de los test del Covid. Una pcr le cuesta a los gobiernos menos de 30 euros. Sería responsabilidad de todos abrir el debate del coste de estas pruebas en los laboratorios privados porque si la oferta genera demanda, es seguro que muchos se lo pagarían si el precio fuera más asequible para ganar en tranquilidad a la vez que se libera tensión a la medicina pública.
Otros test más baratos pero también útiles en prevención están también en disparadero. Hay que extenderlos todo lo posible. Esta crisis es disruptiva y, o nos llevamos por delante ciertos corsés convencionales o no salimos. La generalización de los test es una de las grandes soluciones para evitar el colapso de los hospitales. Y todo lo que ayude a ello está bien. A problemas distintos, soluciones distintas. Repetir las prácticas del error puede ser el peor error.